El Registro de la Propiedad es una dependencia o institución que siempre ha suscitado problemas, mas no como los que ocurren en la actualidad.
En la antigüedad, los problemas consistían, más que todo, en la lentitud en que corrían los trámites de las escrituras y de otros documentos autenticados por notarios públicos. Puede decirse que eran simples trámites de carácter administrativo. En cambio, ahora es otra la cosa…
La titular del ente de referencia, licenciada Anabella de León, ha dado alarmante información a los medios de comunicación respecto de las serias anomalías que se han detectado desde hace buen número de años en relación con los robos de bienes raíces que se vienen cometiendo; hechos ilícitos que han afectado a personas ingenuas que echan sus “fierrazos” en escrituras elaboradas por notarios en contubernio con güizaches de mala ley, con individuos acostumbrados a sacar raja a la brava en cuanto a bienes raíces de fácil adquisición a lo bandido y aún burócratas que prestan sus servicios en el Registro.
Según lo ha declarado por la Registradora de la Propiedad, esas jugarretas nada cristianas se han hecho entre gente incauta, nada difícil de expoliar, en diferentes lugares de la República. Especialmente han hecho de las suyas y de las del diablo en el departamento de Guatemala (se cita incluso la zona 10, donde habitan personas nada tontainas, en la Ciudad San Cristóbal y otros lugares de Mixco; en Chimaltenango, en San Marcos, en Quetzaltenango y, a lo mejor, en toda nuestra parcela centroamericana.
Y… ¿qué se estará haciendo de parte del mencionado Registro para frenar tan grave situación en la que han de estar danzando millonadas y más millonadas mal habidas? Suponemos que ya se requirió el aparato policial encargado de realizar investigaciones atinentes a la galopante delincuencia de todo tipo que tiene al pueblo en un oscuro callejón virtualmente sin salida.
Estamos viviendo un estado de inseguridad personal y patrimonial que puede ir de largo si no se adoptan las medidas pertinentes que exigen las circunstancias.
La licenciada Anabella es una dama política de acción, muy valiente e inteligente, incluso, por lo que es de esperarse que arremeta con la ley en la mano contra todos los implicados en las múltiples y gordas estafas o robos de terrenos y casas que se están cometiendo mediante falsificaciones de documentos hasta en el Registro Mercantil, ya no digamos en las oficinas o bufetes de los notarios.
¡Qué desgracia lo que está campeando en esta pobre patria nuestra! Cuando no es un horrendo crimen el que se perpetra contra alguna infortunada dama, contra niñas y niños, contra agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) desprevenidos, es un escandaloso caso de narcotráfico, droga que no sólo embrutece a la juventud y también a los adolescentes y menores de edad en general, sino de ribete los deja minados en su salud hasta provocarles la muerte. lenta, progresiva e irremediablemente.
Prosiguiendo con el tema relacionado con las estafas o robos de inmuebles por parte de individuos que, en vez de luchar sin transgresiones a la ley y a la moral, se dedican aviesamente a oscurecer y bloquear su futuro con sus hechos en plena riña con la ética, con la decencia, con un comportamiento honesto en el seno de la sociedad.
Delitos como los denunciados por la titular del Registro de la Propiedad, deben ser encarados con drasticidad sin llegar a los fatales extremos como en el Oriente Medio y en la Cuba comunista de los Castro, ¡donde los “tribunales populares” (¿…?) juzgan y condenan a morir frente al paredón a reales o supuestos opositores, de un día para otro!
Se necesita justicia, ¡pero realmente “justiciera”!!!