Legaz y Lacambra subrayó «El Derecho Constituye un punto de vista sobre la justicia».

Generalmente identificamos a la Justicia solamente como parte del quehacer de los jueces en un caso concreto, pero Legaz y Lacambra identifica al Derecho, como un punto de vista de ella. Como guatemaltecos hemos leí­do y compartido que la solicitan, porque no la exigen, los familiares de los pilotos muertos, los padres de Anthony Josué Rosales Rodrí­guez, la familia del profesor Winter, y tantas otras ví­ctimas de la falta de ella, si nos lo propusiéramos llenarí­amos páginas interminables de personas implorando Justicia, como fin del Derecho. Como mujer de derecho, RUEGO por los miles de necesitados para que la alcancen por ser un derecho humano no satisfecho, primordial para la tranquilidad interna.

Sin dejar de sentir el dolor de la falta de la Justicia legal, nos apoyamos en ella como valor en todos los ámbitos de la vida.

En Filosofí­a se dice que «De todas las virtudes humanas aparece como la más excelsa, como la que más se identifica con el ideal supremo por el que suspiran los hombres desde que viven organizados en sociedad. Tan sólo la justicia resplandece, dice Del Vecchio, cual luz inextinguible, sobre el oleaje de las pasiones humanas, y es tan puro su resplandor que, según la imagen de Aristóteles, «ni Venus, la estrella de la noche, ni el lucero de la mañana, son tan maravillosas».

Dentro de ese gran manto llamado Justicia que cubre a la humanidad, por hoy y sin olvidar el grito desgarrador de todos/as los/as que están urgidos que sus casos sean por lo menos investigados. Tomaremos la definición de Ulpiano para solicitar se dé como un Acto Justo el reconocimiento a un ser humano que ha sembrado valores intangibles, y permanentes, a través del tiempo que apreciamos en una manifestación del arte: la poesí­a, que te permite por medio de su lectura crear un mundo diferente, o desarrollar los sentimientos.

Actualmente en los programas educativos la poesí­a no ocupa el espacio que tuvo en otros tiempos, lo que es una gran pérdida para el enriquecimiento del ser humano, porque se ha dado prioridad a la tecnologí­a y a lo práctico, lo cual no es malo, pero para la formación de una persona es necesario llenar muchos aspectos de su yo interno, ya que su formación debe ser integral, y la mente necesita complementarse material y emocionalmente.

He leí­do y admirado a un escritor, cuya poesí­a ha sido reconocida mundialmente, aunque no habí­a tenido el honor de tener contacto con él, hasta hace pocos dí­as, en los que también me enteré de un movimiento para reconocer la labor de este gran poeta: GIL ZU, quien ha dado a Guatemala, lo mejor que tiene: Su pluma, desde México a donde tuvo que migrar como tantos intelectuales porque soñaban con un mundo mejor, y lo siguen haciendo.

La Justicia como valor también es necesaria para quienes te enriquecen internamente, creas o no en el alma o el espí­ritu, existe algo dentro de todos los humanos, que se nutre de las artes.

No soy poetisa, aunque escribí­, y en lo poco que participé estuve en los primeros lugares, pero la vida me llevó por caminos que racionalmente elegí­, esta parte de mi ser me permite admirar a GIL ZU, quien sí­ lo logró, y me uno a quienes piden Justicia para quien fí­sicamente se fue del paí­s, pero su lucha fue más aguerrida con la mejor arma con la que contó: su riqueza poética. Por lo que me permito PEDIR al Gobierno de Guatemala el máximo Acto de Justicia al que puede aspirar un ser humano: el reconocimiento en vida al exponente de un arte que no debe morir: La poesí­a.