Este año, dio inicio con un lamentable hecho para la sociedad guatemalteca, con el ataque indiscriminado que cobró la vida de inocentes, incluida a una mujer con sus tres hijos. ¿Estamos inmersos ya en una cultura de muerte?
En términos generales la palabra cultura puede definirse como acción transformadora del ser humano sobre sí mismo y la naturaleza. Pero a ella es inherente siempre un conjunto de valores y creencias, las cuales imponen un sello característico al desarrollo de la acción cultural.
Ahora, debemos suponer siempre que la cultura ha de contribuir para que el individuo, la familia, y la sociedad en general avancen hacia estadios superiores de desarrollo, se hagan mejores, crezcan en su manera de interactuar entre sí y con la naturaleza.
Podemos recalcar entonces que la cultura debe permitir al hombre ser cada vez mejor, y lo más importante, la cultura debe fortalecer la vida.
Sin embargo, no siempre sucede esto con la cultura, por lo cual podemos hablar de dos grandes clasificaciones de la cultura: La Cultura de Vida y la Cultura de Muerte; y la definición mas elemental de estas dos grandes tendencias puede darse sobre la base de lo que su etimología nos indica: cultura de vida es aquella que favorece el avance del ser humano hacia estadios de mejor convivencia y bienestar, y cultura de muerte es aquella que frena dicho desarrollo llevando hacia la decadencia al ser humano.
Por lógica, todos supondríamos que la cultura de muerte no debería existir y cuando existe sería un mal menor, un subproducto de sectores minoritarios que correspondería a una patología, a una enfermedad social. Esto sería elemental, dado que por naturaleza todos los seres vivos defendemos la vida, estamos dotados de instinto de conservación que nos cubre a todos, e incluso a los animales. La decadencia como expresión de Cultura de Muerte: La gran realidad es que existe y se promueve cada día con mayor fuerza una cultura de muerte que tarde o temprano nos afecta a todos, y respecto de la cual es necesario tener un punto de vista definido. Las tendencias decadentes han acompañado al ser humano desde su surgimiento, han correspondido a los sectores mas atrasados de la civilización, o a reconocidos enfermos mentales. Puede recordarse el caso de Nerón y sus actuaciones sádicas que le hacían sentir placer ante las matanzas o hechos destructivos. La explicación de todo ello está en la presencia del mal sobre la tierra y el descuido de quienes comprenden los graves daños que puede infligir. El psicólogo ERICH FROMM prestó en sus obras una enorme atención a estos fenómenos y relacionó el término de cultura de muerte con lo que llamó el SíNDROME DE LA DECADENCIA, indicando que la confluencia de varios factores la hacían posible. El dijo: «El síndrome de la decadencia… representa la quintaesencia del mal; es al mismo tiempo el estado patológico mas grave y raíz de la destructividad e inhumanidad mas depravada.» Así, sostiene: «NO HAY distinción mas fundamental entre los hombres, psicológica y moralmente, que la que existe entre los que aman la muerte y los que aman la vida, entre los NEGRí“FILOS Y LOS BIOFILOS» También en el siglo XX encontramos otro gran estudioso del tema de la cultura de vida y la contra cultura de muerte, él fue el Papa Juan Pablo II. El señaló: «estamos frente a una realidad más amplia, que se puede considerar como una verdadera y auténtica estructura de pecado, caracterizada por la difusión de una cultura contraria a la solidaridad, que en muchos casos se configura como verdadera « cultura de muerte ». Esta estructura está activamente promovida por fuertes corrientes culturales, económicas y políticas, portadoras de una concepción de la sociedad basada en la eficiencia. Mirando las cosas desde este punto de vista, se puede hablar, en cierto sentido, de una guerra de los poderosos contra los débiles. La vida que exigiría más acogida, amor y cuidado es tenida por inútil, o considerada como un peso insoportable y, por tanto, despreciada de muchos modos.» (JUAN PABLO II, EL EVANGELIO DE LA VIDA) Los planteamientos anteriores nos están indicando que la CULTURA DE MUERTE, o el SíNDROME DE LA DECADENCIA, obedecen a la acción organizada de corrientes que apoyan el mal en el mundo. Por eso, Juan pabla II afirma mas adelante: «Se desencadena así una especie de « conjura contra la vida », que afecta no sólo a las personas concretas en sus relaciones individuales, familiares o de grupo, sino que va más allá llegando a perjudicar y alterar, a nivel mundial, las relaciones entre los pueblos y los Estados.» (JUAN PABLO II, EL EVANGELIO DE LA VIDA) Podríamos citar muchos grandes autores de la psicología, la sociología y otras ciencias, además de importantes líderes que han denunciado este fenómeno, pero por el momento nos interesa mas explicar las consecuencias que tales tendencias han tenido en la vida de la humanidad, y de manera particular la manera como inciden en las personas hasta llevar a muchas de ellas a aplicar el desprecio de la vida en sí mismos, llegando incluso al suicidio. Manifestaciones específicas de la Cultura de Muerte: Diversas expresiones conforman expresiones DECADENTES en la cultura humana, estando entre ellas las guerras, el armamentismo, los graves daños ecológicos inflingidos a la naturaleza y el hombre. Por otra parte el manejo irresponsable o mal intencionado de medios de comunicación, la introducción en gran parte de la publicidad, películas y música de mensajes subliminales negativos, lo cual ha traído como consecuencia el incremento de las adicciones, la promoción del suicidio, la eutanasia y el aborto, la disgregación de la familia. Diversos vehículos han sido empleados para promoción de actitudes decadentes, siendo uno de los más importantes el uso de un amplio número de medios de comunicación. Reconocidos investigadores han llegado a señalar la existencia de fuerzas oscuras que a nivel mundial actúan organizadamente avanzando mediante el empleo de técnicas de manipulación de masas. Por ejemplo, Daniel Estulin, en su libro LOS SECRETOS DEL CLUB BILDERBERG señala: «Somos gobernados, nuestras mentes son moldeadas, nuestros gustos conformados y nuestras ideas sugeridas, en gran medida, por personas de las que jamás hemos oído hablar». Humanet Colombia, ha publicado al respecto el estudio «LA PROBLEMíTICA DE LOS MENSAJES SUBLIMINALES Y LOS ANTIVALORES», elaborado en CD ROM MULTIMEDIA interactivo, el cual puede ser referenciado en www.humanet.com.co . La manipulación a través de algunos medios de comunicación se conoce sobre todo desde finales de la década de los 50 en el siglo pasado. Para ello, relatamos la técnica del TAQUICOSCOPIO que nos ilustra en parte los orígenes de mayores y mas peligrosos experimentos realizados para manipular masas. Ya en 1.981, HAL BECKER señalaba: «Conozco el secreto para hacer que el norteamericano medio crea lo que yo quiera. Me basta controlar la televisión…. Pones algo en televisión y se convierte en real. Si el mundo de afuera de la tele contradice las imágenes, la gente empieza a intentar cambiar el mundo para que se parezca a lo que vez por televisión…» La cita anterior es aplicable, como bien sabemos, a todo el mundo. Los promotores de la CULTURA DECADENTE encontraron, evidentemente, el mejor instrumento en los medios de comunicación.
El periodista DANIEL ESTULIN se unió al grupo de estudiosos de la manipulación, la manera como ésta se empleaba para diversos fines que van desde la promoción del desprecio a la vida, hasta la imposición de diversas tendencias e incluso de gobiernos.