¿Qué clase de calidad queremos?


Nos encontramos en una época, en que todos hablamos sobre calidad, ¿pero de qué clase de calidad hablamos? ¿Será de productos, de servicios, de sistemas, de procesos, etc.? Nos olvidamos hablar de otra clase de calidad que es mucho más importante, y es la calidad de vida, la calidad humana, que sin ella, todo lo demás es superfluo, sin fundamento, de pura apariencia.

Valerio Ibarra Rodrí­guez
valerioasecovir@yahoo.com

Hablar de calidad humana, es cuidar nuestros ví­nculos con los demás. Necesitamos rehacer nuestros ví­nculos humanos, con nuestras familias y amistades.

Cuántas personas no hay que trabajan de sol a sol con el ánimo de acumular fortuna, pero se olvidan de compartir con sus amigos, de convivir con la familia, y llegar cansados a un hogar en el que nadie se interesa en saber cómo nos fue. ¿Para qué trabajamos tanto si luego nos sentimos tan solos?

Cuando tenemos un trabajo digno, honesto, que podemos disfrutar del dinero bien ganado, no se disfruta al calor de la familia, porque están muy preocupados en hacer más y más dinero. No digamos aquellas personas que han hecho dinero por causas ilí­citas a través de negocios deshonestos como la corrupción, el lavado de dinero, estas personas sí­ definitivamente, en ningún momento pueden hablar de calidad humana o calidad de vida, porque es un dinero mal habido.

Es triste leer un libro y no tener a alguien con quién comentarlo. Es doloroso sentirse preocupado, y no contar con una persona a quién abrirle el corazón.

¿Para qué tener lo que no se puede compartir?

Ni las cosas ni el dinero, poseen valor intrí­nseco. El valor de lo material está en su aplicación, en el servicio a alguien más, o la convivencia con alguien más. La belleza de tener, está en compartir. La magia de luchar por una prosperidad económica, estriba, ni más ni menos, en poder ver sonreí­r a alguien a quien le damos el privilegio de disfrutar lo que ganamos.

Esto es parte de la naturaleza humana: Dar, convivir, amar, servir… y ayudar.

Ahora que nos encontramos a las puertas de la Semana Santa, es necesario que meditemos y reflexionemos sobre la importancia que tiene la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Cristo nuestro Señor, para que cambiemos muchas actitudes negativas y seamos más humanos, que no materialicemos todo, y dejemos todo por un lado, que nos alejan de la alegrí­a de disfrutar la vida con nuestras familias y amistades.

Estimados y estimadas lectores, disfruten como Dios manda la celebración de la Semana Mayor, meditando y reflexionando sobre el futuro que deseamos de Guatemala y para tener una gran Nación, con calidad humana y calidad de vida.