¡Qué a tiempo!


Profunda satisfacción leer en las páginas de La Hora del 26/01/2007 «Remozan Busto de Clemente Marroquí­n Rojas», ciudadano que se caracterizó por su inclaudicable defensa de los derechos de los guatemaltecos y de la Nación, su lema base de sustento de un vespertino que mantiene esa definición como lema a seguir «Tribuna, no Mostrador».

Carlos Asturias

Siempre libró una desigual batalla ante el interés mexicano de construir una hidroeléctrica en Tenosique, que indudablemente hubiese sido un atropello a la soberaní­a nacional y al patrimonio de los guatemaltecos.

Comprendí­a él muy bien que no eran los ciudadanos mexicanos los que perseguí­an esa finalidad, sino corruptos en poder, que al igual que en nuestra patria mantienen un voraz apetito por el enriquecimiento rápido, con el apoyo tras bambalinas del poder económico y la ceguera de un mantenido, a costillas de los impuestos de los guatemaltecos, ejército de pirulí­s.

Si Marroquí­n Rojas volviese a la vida morirí­a de nuevo al ver que si él lucho por la NO CONSTRUCCIí“N de la hidro de la frontera mexicana, ahora hay un sinnúmero que a flor de agua saturan de energí­a a las poblaciones guatemaltecas de Huehuetenango y Quiché con la total ceguera de las autoridades guatemaltecas.

Repasemos un poco los acontecimientos que los periódicos se dignan trasmitir pero a los que no se les sigue la trayectoria, perdiéndose en el olvido, al que tan propensos somos.

1.      El rí­o Suchiate está siendo forrado de bordas de concreto que cercenan el territorio guatemalteco. ¿La soberaní­a? ?muy bien, gracias.

2.      Las hidroeléctricas del bajo Usumacinta, utilizando recursos naturales de Guatemala, en un atropello total.

3.      Ya muy próximo a suceder la fundación del decimotercer municipio, a la altura del Naranjo, en un afán beliceño y/o mexicano por apoderarse del turismo arqueológico y de bosque tan nuestro.

Como siempre dejaremos que nos unan al yugo, en contra de las letras de nuestro Himno Nacional, y como una pléyade de cobardes seguiremos en luchas internas contra narcos y corruptos, que buena parte desempeñan en ese papel.

Licenciado Oscar Clemente, relea los escritos de su abuelo y sáquele punta al lápiz, que tan importante es como el robo de los bancos, la denodada lucha que él mantuvo jamás la relacionó con las constantes estancias en territorio mexicano, que supo apreciar los huevos y la capacidad de su difunto abuelo. Aún estamos a tiempo de recobrar el camino perdido si anteponemos el bien nacional como Tribuna y no como Mostrador.