«La religión es el opio de los pueblos» (Frase de Karl Marx, atribuida a Mao Tse-tung)


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Antes de que me empiecen a  maltratar debo decir enfáticamente que la frase que encabeza esta columna no es mía. Se discute si es de Karl Marx (lo cual así lo creo) o de Mao Zedong, llamado también Mao Tse-tung. Uno economista ideólogo del marxismo y el otro, creador de la República Popular China, gran amigo y aliado de los gringos y la segunda potencia económica mundial.

Héctor Luna Troccoli

 


De todas formas esa frase me viene del norte y un significado tendrá y cada quien la puede interpretar como mejor le parezca que para mí, ni huele, ni hiede. El asunto es que hace algunas semanas se desató la guerra de Troya aquí en Guatemala, cuando la periodista Marcela Gereda le dio una entrada de padre y señor mío (dicho sea con el mayor respeto para Tatachús), al conocido pastor evangélico Cash Luna (que no es mi pariente) y que tiene miles de seguidores y un templo digno de los construidos por los babilonios.

Ahora que la entrada fue únicamente para el señor Carlos Luna. En lo personal estoy  con Mao y Marx en parte de su frase (sea de quien sea), porque lo aberrante, lo desquiciante en la religión es el opio ancestral que tenemos dentro y que van desde Papas corruptos y degenerados, hasta la Santa Inquisición, que de santa no tenía nada, hasta los curas pederastas que han violado a niños y niñas con falsos sermones utilizando el nombre de Dios y que se han visto hasta obispos, ser expulsados de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (y guatemalteca). Esto ocurre en la religión católica que para Semana Santa es motivo de folclores y que muy pocos son verdaderos creyentes que no van al puerto a emborracharse, sino a hacer una penitencia verdadera que nos recuerde a uno de los seres que más admiro: Jesucristo.

Pero esto es por la Iglesia Católica, pero también la evangélica es digna de compasión, de desprecio por su afán al dinero, porque conozco a tres «pastores» «Cash Luna, Jorge López (de la Megafráter) y uno de apellido Solares, exvendedor de seguros, que lloran a mares, tienen –dicen– el don de la sanidad, el de hablar en lenguas raras y otras cosas más que ya las quisiera para mí a fin de hacer el bien, no en una Megafráter, sino en esas áreas marginales llenas de pobreza y tristeza. ¡Entonces sí honrarían a Jesucristo! Cuya pobreza y amor fue su estandarte y al final fue azotado, coronado de espinas y crucificado. ¡Eso sí es ser hombre y Dios!
Hay dos pastores más que se me quedaban en el tintero: Harold Caballeros a quien yo critiqué, no por ser el futuro ministro de Otto Pérez, sino porque dijo que le daba apoyo al general SIN NADA A CAMBIO, aunque un «oyente y lector» entendió al revés, por lo que, perdónalo Señor, porque no sabe leer ni escribir.
 
El otro es creo de apellido Benítez y pastor de la iglesia Eben Ezer y tiene una gracia muy particular: el hecho de ser simpático y tener una iglesia o templo sencillo y humilde, no como Solares que no sé de dónde le salen tantas lágrimas para que los «hermanitos le entreguen el diezmo».

Pero AUNQUE RESPETO TOTALMENTE A LA RELIGIÓN QUE RESPETE CADA QUIEN SIEMPRE QUE LO HAGA DE VERDAD Y CONVICCIÓN Y NO SE APROVECHE DE ELLA, LO QUE NO PUEDO PERMITIR BAJO NINGUN CONCEPTO ES ESE FANATISMO ISLÁMICO EN DONDE A DIARIO MUEREN MILES DE PERSONAS ENTRE MUJERES, NIÑOS, ANCIANOS, ETCÉTERA POR FANATISMOS, SÍ FANATISMOS RELIGIOSOS QUE NO TIENEN RAZÓN DE SER. Los musulmanes se despedazan (literalmente) por diferencias irreconciliables en donde los que pagan son los que nada tienen que ver. Las religiones de cualquier denominación no creo que sean malas per se, pienso que los malos son quienes las dirigen, las que las manipulan, valiéndose de las creencias de buena fe de los demás. Lamentablemente el fanatismo las tergiversa y las destruye, sean católicos, evangélicos o musulmanes. Yo digo que hace falta que venga Dios, pero lueguito si me hace favor…

Estos crímenes inauditos en Oriente Medio no son civilizados, éticos, morales, dignos, humanos, etcétera Y estoy seguro que, como dijo el maestro Marco Augusto Quiroa en su obra «Semana Mayor», si de nuevo asesinaran a Jesucristo, Él ya no volvería a resucitar para que a TODOS se los lleve la chingada………

PUERTAS ABIERTAS. Este segmento no es religioso, solamente es para  dirigirme a muchos funcionarios para invitarlos a que visiten el Gran Pavo de Fraijanes, para estar en donde deben estar: en la cárcel. Háganse la campaña porque con los jueces estamos fregados…