Holanda anuló casi por completo a Lionel Messi, pero se olvidó de algo esencial para un equipo que juega a defenderse: el contragolpe y el gol. Apenas tres disparos entre los palos del arco argentino en 120 minutos fueron un pobre balance para la selección que llegó a semifinales como una de las más goleadoras del Mundial.

La selección holandesa cayó ayer ante Argentina en la definición por penales y otra vez se quedó a un paso de pelear por su primera Copa del Mundo. El técnico Louis van Gaal no encontró el recurso táctico salvador en su famosa libreta y Holanda se enfrentará a Brasil por el tercer puesto el sábado en Brasilia.
«Es triste terminar de esta manera», admitió Arjen Robben.
Pero la realidad es que Holanda no cambió demasiado y murió con el sistema que venía exhibiendo desde el principio.
Van Gaal alineó frente a Argentina a 10 de los 11 futbolistas que golearon 5-1 a España en su debut. Georginio Wijnaldum por Jonathan de Guzmán fue la única sustitución. La idea fue siempre la misma. Una defensa de cinco hombres con los laterales bien profundos y rápidas transiciones al contragolpe aprovechando la calidad de Wesley Sneijder, la velocidad de Robben y la contundencia de Robin van Persie.
Con esos mimbres, Holanda destrozó a España, su verdugo en la final de hace cuatro años en Sudáfrica, y se plantó en semifinales después de eliminar con sufrimiento a México en octavos de final y Costa Rica, por penales, en cuartos. La definición contra los costarricenses dejó en la historia de los mundiales la inédita sustitución de arqueros en el último minuto del alargue para que el teórico suplente atajara en la tanda.
El partido contra Costa Rica ya evidenció que a Holanda le flaqueaba el gol, con Van Persie muy mermado físicamente. Y que quizá las cinco dianas de España fueron demasiado. El resultado de 0-0 volvió a repetirse contra Argentina por segundo encuentro consecutivo. La solidaridad entre mediocampistas y centrales logró borrar a Messi de la cancha. Pero el equipo apenas hilvanó alguna ocasión de escaso peligro, y Van Gaal tampoco se guardó el cambio para dar entrada al portero Tim Krul.
«Evidentemente que han habido comentarios positivos y negativos, pero se trata de meter un gol más que el contrario», explicó Van Gaal. «Lo hicimos siempre menos hoy (ayer). No creamos muchas ocasiones, pero eso dice mucho de Argentina».
Holanda había vuelto a creer en la posibilidad de repetir final. Pero apeló demasiado al «catenaccio» en los partidos decisivos y la deuda con la Copa del Mundo sigue pendiente tras haber caído en tres finales.
Van Gaal se marcha al Manchester United, pero deja el banquillo de la selección en buenas manos para su futuro sustituto. Es cierto que Robben, Van Persie y Sneijder —los tres de 30 años— tendrán difícil regresar a un Mundial, al menos al nivel exhibido en las dos últimas citas. Pero la renovación introducida por el entrenador es una garantía para los próximos años.
Hasta 16 de los 23 convocados disputaban su primer Mundial. Diez de ellos son futbolistas de la liga holandesa, cuya proyección hacia clubes más grandes del continente parece un hecho tras lo visto en Brasil. Van Gaal hizo jugar a 22 de los 23 futbolistas. El último de ellos Jordy Clasie, de 23 años, que entró en la segunda mitad del partido contra Argentina sin haber disputado un solo minuto previamente. Solo el tercer arquero Michel Vorm no debutó en el campeonato.
«Creo que hemos jugado un Mundial maravilloso», dijo Van Gaal. «Nadie esperaba que nosotros pasáramos de la fase de grupos. Este equipo es muy joven, pero ha rendido a un gran nivel».
La cuestión es si el futuro técnico mantiene el esquema actual o regresa al clásico 4-3-3 que siempre exhibió Holanda, como ha pedido el mayor ídolo holandés Johan Cruyff.