El presidente ruso Vladimir Putin voló en un ala delta con motor para guiar por el aire a una parvada de jóvenes grullas blancas de Siberia, un lance característico del mandatario amante de las aventuras y los animales.
Sin embargo, la maniobra resultó empañada por una versión de que polluelos en peligro de extinción murieron mientras los científicos preparaban el recorrido para el presidente.
Ataviado con un disfraz blanco que pretendía simular una grulla adulta, Putin participó ayer en un proyecto para enseñarles a las aves en peligro de extinción, que crecieron en cautiverio, a seguir el ala delta en su migración sureña en dirección al Asia Central.
Putin ha agradado a muchos rusos pero disgustado a otros con sus aventuras, que comenzaron en 2000 cuando voló sobre Chechenia en el asiento trasero de un caza. Al paso de los años ha montado a caballo sin camisa, conducido un bólido de la Fórmula 1 y asumido los controles de un avión cisterna para arrojar agua sobre incendios forestales.
El primer vuelo de Putin en el ala delta sólo fue seguido por una grulla. El presidente dijo que se debió a los fuertes vientos que aumentaron la velocidad del planeador motorizado, según la agencia de noticias RIA Novosti. En el segundo vuelo lo siguieron cinco grullas, pero después de algunas vueltas únicamente dos permanecieron detrás de él en el recorrido de 15 minutos.
Putin hizo una escala el miércoles en la estación de investigación ornitológica Kushavet en la península de Yamal en el Ártico ruso en su camino a una cumbre internacional en Vladivostok, en la costa rusa del Pacífico. Ya en la estación, un piloto se sentó detrás de él en el ala delta para sus recorridos con las grullas.
Sin embargo, los vuelos del mandatario resultaron opacados cuando una estudiante de biología, Mariya Goncharova, en la estación afirmó en internet que dos polluelos de grulla murieron y otros resultaron lesionados en la premura por preparar la llegada de Putin.