El presidente ruso Vladimir Putin afirma en una columna de opinión en el diario The New York Times que es alarmante que la intervención militar en los conflictos internos de otros países se haya convertido en algo común en Estados Unidos.
Putin pone en duda que tales intervenciones favorezcan los intereses a largo plazo de Estados Unidos y agrega que millones en todo el mundo ven a la Unión no como un modelo de democracia sino un país que depende sólo de la fuerza bruta.
En la columna, publicada ayer en la página de internet del Times, Putin repite su postura de que hay muchas razones para creer que los rebeldes sirios, y no el gobierno de Bashar Assad, son los responsables del ataque con gas tóxico en un suburbio de Damasco la semana pasada.
El líder ruso afirma que apoya los esfuerzos por colocar el arsenal químico de Siria bajo control internacional.
Por otra parte, Putin dice que no le gusta la idea del excepcionalismo estadounidense, e insinúa que a Dios tampoco.
«Es extremadamente peligroso alentar a la gente a considerarse excepcional, cualquiera que sea el motivo», escribe el mandatario ruso.
«Hay países grandes y países pequeños, ricos y pobres, los que tienen una larga tradición democrática y los que buscan el camino hacia la democracia. También sus políticas difieren», escribe. «Todos somos diferentes, pero cuando pedimos la bendición del Señor, no debemos olvidar que Dios nos creó iguales».
Putin concluye su columna con un llamado a los estadounidenses a ser cautos en sus tratos con Siria, un aliado ruso. Citó el discurso de Barack Obama del martes por la noche en el cual el presidente estadounidense dijo que ideales y principios estadounidenses «están en juego en Siria» al explicar por qué el gobierno de Assad era responsable del ataque con armas químicas cerca de Damasco.
«Eso es lo que hace distinto a Estados Unidos», afirmó Obama. «Eso es lo que nos hace excepcionales. Con humildad, pero con resolución, jamás perdamos de vista esa verdad esencial».