El presidente ruso Vladimir Putin atacó duramente hoy la injerencia directa de Occidente en su país y propuso que Rusia congele el cumplimiento del tratado sobre fuerzas armadas convencionales en Europa (CFE), en su último discurso sobre el estado de la nación.
«A todo el mundo no le gusta la estabilidad y el desarrollo gradual de nuestro país. Hay algunos que están usando la ideología democrática para interferir en nuestro asuntos internos», dijo Putin en una sesión conjunta de las dos cámaras del Parlamento en el Kremlin.
«El flujo de dinero procedente del extranjero, utilizado para una injerencia directa en nuestros asuntos internos, está aumentando», precisó Putin, de 54 años.
Por otro lado, confirmó que dejará su cargo al concluir su segundo mandato en 2008, según dicta la Constitución, aunque insinuó que seguirá en la política.
«Es demasiado pronto para dejar mi testamento político», dijo.
El líder comenzó su discurso televisado con un minuto de silencio y unas palabras en memoria de Boris Yeltsin, el primer presidente ruso, que falleció el lunes y fue enterrado ayer en Moscú, hecho por el cual la comparecencia de Putin se retrasó para hoy.
Además, hizo un triunfante balance de la marcha económica del país, que se sostiene sobre todo en las rentas del petróleo.
Las acusaciones de injerencia vertidas por Putin fueron una respuesta a las críticas occidentales sobre el retroceso de la democracia en Rusia en los siete años que lleva gobernando.
«Fue en la era colonial cuando hablaban del papel civilizador de los Estados coloniales», dijo Putin.
Según él, la «fraseología pseudo-democrática» está siendo utilizada para «obtener unilateralmente ventajas y asegurar sus propios intereses».
Por otra parte, en materia de Defensa, el mandatario anunció que Moscú iba a suspender el cumplimiento del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE), que limita los despliegues militares a través del continente.
«Propongo que Rusia declare una moratoria sobre el cumplimiento del tratado CFE», dijo Putin.
El líder ruso se quejó de que las potencias occidentales no hayan ratificado el acuerdo. Sin embargo, la cuestión parece estar relacionada con el plan estadounidense de desplegar un escudo antimisiles en el este de Europa.
El Tratado CFE de 1990 pretende limitar el despliegue de armas de la Alianza Atlántica (OTAN) y del Pacto de Varsovia. Tras la caída del régimen soviético en 1991, fue adaptado en 1999.
Los ministros de Relaciones Exteriores de los 26 países de la OTAN y su homólogo ruso, Serguei Lavrov, se encuentran reunidos este jueves en Oslo y allí tratarán sobre el proyecto de escudo antimisiles, que Moscú ve con recelo porque implica la aproximación militar estadounidense a sus fronteras.
Sobre las acusaciones de persecución a rivales políticos, el presidente ruso insinuó en su intervención que el campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov, ahora líder del grupo La Otra Rusia, cuenta con el favor de los occidentales.
Respecto al futuro de Putin, cuestión por la que Rusia está expectante, algunos comentaristas creen que podrá desempeñar un puesto en la dirección de los servicios de información herederos del KGB, donde hizo carrera.
En tanto, las encuestas dicen que los rusos quieren que Putin permanezca en su puesto, para lo que debería cambiar la Constitución, extremo que rechazó de nuevo Putin.
«El próximo discurso sobre el estado de la nación lo hará un nuevo presidente», declaró.
Vladimir Putin, Presidente de Rusia.