El presidente saliente Vladimir Putin aceptó hoy asumir la jefatura del partido gubernamental Rusia Unida, desde la cual podrá controlar una importante palanca del poder cuando deje el Kremlin el mes próximo en manos de su delfín y sucesor Dmitri Medvedev.
«Acepto con gratitud la proposición de los miembros del partido y de su dirección (…). Estoy dispuesto a asumir esta responsabilidad suplementaria y a dirigir Rusia Unida», declaró ante el congreso del partido.
Putin, de 55 años, que deja el cargo de presidente el 7 de mayo, también confirmó que será nombrado primer ministro de Medvedev.
En sus ocho años en el Kremlin, Putin, un ex coronel del KGB (servicio de inteligencia soviético) centralizó progresivamente el poder.
Antes de las legislativas de diciembre de 2007, a las cuales se presentó encabezando la lista de Rusia Unida -aunque sin ser miembro del partido, una campaña en los medios de comunicación mostraba manifestaciones en las que se le pedía seguir siendo «líder nacional» cuando concluyera su segundo mandato.
El 2 de diciembre, el partido obtuvo una contundente mayoría de 63% de los votos, en unos polémicos comicios.
Rusia Unida separó luego los cargos de jefe del partido y de presidente del consejo supremo del partido, funciones que hasta entonces eran ejercidas por una sola persona, Boris Grizlov.
Los observadores en Moscú y otras capitales se preguntan quién mandará a partir del mes próximo: el inexperimentado Medvedev o el poderoso ex presidente, convertido en primer ministro y líder parlamentario.
Los observadores afirman que Putin está buscando formas de reducir su futura pérdida de autoridad frente a Medvedev.
«Putin no comenzará a ocuparse de cuestiones partidarias sin importancia (…), pero la posición en Rusia Unida le dará otra palanca para aferrarse al poder», comentó el diario de negocios Vedomosti el martes.
Reclutar a Putin parecía ser el paso siguiente para un partido que siempre fue considerado como una creación del Kremlin encargada de convertir al combativo Parlamento de los años 90 en una institución sumisa.
Grizlov, cuyo pedido de que Putin ocupase su cargo es la última expresión de su lealtad, explicó el lunes hasta qué punto están relacionados el presidente saliente y el partido dominante.
«Los ocho discursos presidenciales anuales de Vladimir Putin definen el trayecto (…) para ser una gran potencia, una gran Rusia. Y ese es el programa de nuestro partido», afirmó.
Un análisis para inversores del Deutsche Bank señaló que el liderazgo de Putin en Rusia Unida fortalecerá el papel del Parlamento así como «el papel de Putin en la Rusia posterior a 2008» y que el puesto de jefe del gobierno «será complementado por un mayor dominio sobre la legislatura».