Pulso jurí­dico entre California y la administración Bush por medio ambiente



Cinco años después de aprobar normas más restrictivas para las emisiones contaminantes de los automóviles, el estado de California indicó ayer que está dispuesto a demandar ante la justicia a la administración Bush, que le indicó que no tení­a derecho a aplicar esas normas.

Fue el propio gobernador Arnold Schwarzenegger, republicano como George W. Bush, quien manifestó ayer su descontento y determinación de no dejar las cosas así­.

«El rechazo de la EPA (Agencia Federal de Protección del Ambiente) a otorgarnos una autorización para aplicar las normas más limpias del paí­s para las emisiones de los vehí­culos es legalmente indefendible y es otro ejemplo del fracaso para tratar el cambio climático con la seriedad que requiere», se indignó Schwarzenegger en un comunicado.

El gobernador, que ha convertido la lucha contra el calentamiento climático en una prioridad de su segundo mandato, anunció un contraataque en la justicia «en las próximas tres semanas».

California votó en 2002 una ley que impone a los constructores de automóviles reducir 30% entre 2009 y 2016 las emisiones contaminantes de los vehí­culos.

Pero según la ley estadounidense, California debí­a recibir una autorización de la Agencia Federal de Medio Ambiente antes de poder aplicar estas nuevas normas.

La posición de la EPA era esperada desde hace tiempo por California, pero también por otros 17 estados comprometidos en un camino similar o que habí­an anunciado su intención de seguirlo. En total, casi la mitad de los vehí­culos vendidos en Estados Unidos podrí­an verse obligados a someterse a estas nuevas normas de emisiones de gases de efecto invernadero.

La administración Bush sigue rechazando, como ya ocurrió en Bali la semana pasada, fijar objetivos concretos para las reducciones de gases de efecto invernadero.

Para explicar su decisión, adoptada según The Washington Post contra la opinión de sus colaboradores, el director de la EPA, Stephen Johnson, puso por delante la ley sobre la Energí­a, promulgada el miércoles por el presidente Bush. Según él, esta ley suministrará «una solución nacional clara» y no «un rejunte de remiendos confusos de leyes de los estados» para atacar las emisiones contaminantes de los vehí­culos.

El Congreso aprobó esta semana un texto sobre la energí­a que obliga por primera vez en 30 años a los fabricantes a producir vehí­culos que consuman menos combustible.

Ayer, durante una conferencia de prensa, el presidente Bush se interrogó: «Â¿Es más eficaz dejar que cada estado decida cómo reducir los gases de efecto invernadero? ¿o es más eficaz tener una estrategia nacional?».

La nueva ley no aborda el nivel de las emisiones de gases de efecto invernadero de los automóviles, pero estos últimos deberí­an, no obstante, disminuir si el consumo medio de combustible se reduce 40% entre la actualidad y 2020, como prevé el texto.

No obstante, las normas fijadas por California y los otros estados candidatos a seguir el mismo camino habrí­an obligado a los fabricantes a acelerar sus avances técnicos.

Los fabricantes de automóviles celebraron la decisión de la EPA. «Al rechazar la autorización, la EPA no dejó de lado su tarea de mantener un programa nacional que aumenta el ahorro de combustible y reduce las emisiones de dióxido de carbono», declaró David McCurdy, presidente de la asociación de fabricantes de automóviles.

Hostiles durante mucho tiempo al cambio de la norma de consumo de combustible, los fabricantes de automóviles estadounidenses dieron finalmente la bienvenida el martes a la nueva ley.