Puertorriqueños aportarán sus delegados


Puerto Rico se prepara como nunca para participar el domingo en las primarias que intentan definir entre Hillary Clinton y Barack Obama al candidato demócrata a la Casa Blanca, una intervención que la isla tiene vedada en la votación presidencial de noviembre.


En medio de fuertes crí­ticas de la izquierda y denuncias de inconstitucionalidad contra la votación, se espera que unos 600 mil puertorriqueños concurran a las urnas para definir el destino de 55 delegados en juego.

La incidencia que puede tener en las actuales circunstancias el voto puertorriqueño –por la paridad de la contienda– ha mostrado en los últimos dí­as un inédito escenario de visitas y campañas tanto de Clinton como de Obama, y de sus respectivos cónyuges, el ex presidente Bill Clinton y Michelle Obama.

La gran ironí­a de estas elecciones primarias –con una inversión de 2,6 millones de dólares, en medio de una aguda crisis económica que ha elevado el desempleo a más del 14%–, es que los puertorriqueños votarán por el candidato en las primarias, pero no pueden hacerlo en los comicios presidenciales.

En ese sentido apuntó Hillary Clinton, favorita a ganar en la isla, en su visita del fin de semana en la que prometió «conseguir» el voto presidencial para los puertorriqueños, pese a no haberlo intentado en sus años en el Senado.

Esta isla del Caribe de 3,8 millones de habitantes es desde 1952 un estado libre asociado (ELA) a Estados Unidos, que la invadió en 1898, pero que mantiene poderes limitados en su administración interna.

Los puertorriqueños, ciudadanos estadounidenses desde 1917 mediante imposición en medio de la Primera Guerra Mundial, no tienen las mismas prerrogativas en la isla que cuando radican en Estados Unidos, incluso en programas de salud.

Y a pesar de que cada cuatro años eligen un delegado al Congreso en Washington, éste carece de voto en el plenario.

Mientras Clinton y Obama abrumaban durante el fin de semana a los boricuas con sus promesas de terminar la guerra en Irak, o construir un hospital para los veteranos de los conflictos bélicos en que ha participado Estados Unidos, el presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Rubén Berrí­os Martí­nez, convocó a una protesta para el domingo contra «la perpetuación del colonialismo».

Berrí­os Martí­nez acusó por igual al gubernamental Partido Popular Democrático (PPD) y al Partido Nuevo Progresista (PNP), principal de oposición, de hacer causa común para llevar a Puerto Rico «a la anexión total».

En su paso por la isla Clinton y Obama evitaron referirse a los conflictos en la relación entre Puerto Rico y Estados Unidos.

Por tal motivo, ambos postulantes no se pronunciaron sobre la situación de los presos puertorriqueños Haydée Beltrán, í“scar López y Carlos Alberto Torres, que llevan 27 años en cárceles de Estados Unidos condenados por «conspiración sediciosa», debido a actividades relacionadas con la independencia de la isla.

Aunque hay en general un entusiasmo moderado ante la votación, lo cierto es que nunca antes en 110 años de dominio de Estados Unidos se habí­a visto tanta propaganda en edificios por dos aspirantes a la candidatura presidencial por un partido estadounidense.

Tras la votación en Puerto Rico, las últimas primarias demócratas son el 3 de junio en dos de los estados menos poblados de Estados Unidos, Montana (noroeste) y Dakota del Sur (norte), que atribuyen apenas 31 de los más de 4.000 delegados a la convención partidaria encargada de designar al candidato a la presidencia.