Puerto Rico muestra a británico


Imagen del folleto que anuncia la muestra en el Tate.

Los británicos descubrieron con asombro que obras maestras de dos de sus grandes artistas del siglo XIX, Edward Burne-Jones y Frederic Leighton, son propiedad de un pequeño museo de Puerto Rico, que las ha prestado al museo Tate Britain de Londres por unos meses.


El inmenso óleo «The Sleep of Arthur in Avalon» – considerada la obra maestra de Burne Jones (1833-1898), y la voluptuosa «Flaming June», de Frederic Leighton (1830-1891), que es conocida como la «Mona Lisa de Occidente», han sido prestadas a la Tate por el Museo de Arte de Ponce, hasta febrero próximo.

La historia de cómo esas dos obras maestras prerrafaelitas, y decenas de otras pinturas británicas, terminaron en ese pequeño museo situado en la costa sur de la isla caribeña es fascinante, como lo es también la historia del lienzo de Edward Burne-Jones, al que la Tate consagra una sala entera.

El dí­a antes de que murió de un ataque al corazón, en 1898, Burne-Jones estaba trabajando en «The Sleep of Arthur in Avalon», que retrata a un rey Arturo moribundo y rodeado de bellas mujeres. El artista sabí­a que esa serí­a su obra maestra.

El lienzo inacabado, que mide casi tres metros de alto y más de seis de ancho, le habí­a sido encargado en 1881 por un aristócrata inglés, el noveno conde Carlisle, para la biblioteca de su castillo en Inglaterra.

Pero la pintura, que llevó 17 años de trabajo, no terminó allí­, sino que en casa de los vecinos del artista, cuyos herederos la subastaron en 1963 en Christie»s de Londres.

La pintura fue adquirida por el gobernador de Puerto Rico, Luis Antonio Ferré, un industrial, polí­tico y filántropo, quien era también un gran coleccionista, y que pagó por la obra unas 1.000 libras (2.000 dólares actuales).

Luego, Ferré, a quien los portorriqueños llamaban «Don Luis», fundó el Museo de Arte de Ponce, que abrió sus puertas en 1965 y que posee ahora más de 3.000 obras, entre ellas unas 70 de artistas británicos, muchos de ellos de la escuela conocida como la Hermandad pre-Rafaelita, cuyas pinturas exquisitas desprenden una atmosfera medieval, con ambientes poéticos.

Los británicos lloran ahora que el óleo de Burne Jones no se quedara en Gran Bretaña. Incluso en esa época, esa venta fue considerada como una gran pérdida, reconoció Stephen Deuchar, el director de la Tate Britain.

«Es una obra extraordinaria. Es emocionante tenerla aquí­», dijo Deuchar, que indicó que con este préstamo, la Tate Britain y el Museo de Arte de Ponce han sellado el inicio de una colaboración.

Otra de las pinturas favoritas de Ferré, que murió en 2003 a los 99 años, era «Flaming June», de la que siempre rechazó desprenderse.

El Daily Telegraph reportó que el compositor británico Andrew Lloyd Webber, que es también un gran coleccionista, quiso comprar «Flaming June» en los años 60, cuando se vendí­a por unas decenas de libras. Pero el músico, ahora multimillonario, no consiguió que nadie le prestara el dinero.

Según el diario, Lloyd Webber ofreció en 1996 a Ferré seis millones de libras (12 millones de dólares al cambio actual) por esa pintura, pero su oferta recibió un tajante «No» de Ferré.

«Esas pinturas nos pertenecen ahora», dijo Marí­a Luisa Ferré, nieta de «Don Luis», que viajó a Londres en ocasión de la exhibición en la Tate de las pinturas del museo portorriqueño.