Pubertad precoz


No sé si sucede ahora, pero in illo témpore, cuando era jovencito, los muchachos de antes aspirábamos a lucir mayores.  Era la gloria cuando aparecí­an los pelos de la barba, el incipiente bigote y nos cambiaba la odiosa voz de niño cantor de Viena.  La precocidad era un regalo del cielo.  Sin embargo, pocas veces sucedí­a.  Lo «normal» era pasar por cada una de las etapas del desarrollo y raramente alguien se saltaba las trancas.  No sucede así­ en la actualidad.

Eduardo Blandón

Según información brindada por especialistas, la aparición del botón mamario, el vello y las curvas incipientes en la mujer, por ejemplo, aparecen cada vez más a temprana edad.  A este fenómeno los investigadores le han llamado «pubertad precoz».  Es decir, si usted ve que en su niña de ocho años (o de nueve en los niños) aparecen cambios demasiado dramáticos, propios de otra edad, piense que está frente a un fenómeno nuevo: la «pubertad precoz».

Y quizá el descubrimiento no sea para celebrarlo, pues parece preocupar de hecho a lo propios especialistas.  En Europa, que es el caso de donde tengo información, la primera regla en las mujeres se ha adelantado.  Se habla de que la edad media de la primera regla se da entre los once y doce años.  Sin embargo, cada vez es más frecuente que la pubertad se inicie entre los ocho y diez años.  ¿Cuáles son las causas de un adelanto que en mis tiempos habrí­a sido una bendición?

Los cientí­ficos no se ponen de acuerdo.  Para algunos la precocidad se debe a factores genéticos, para otros a razones ambientales.  Parece claro, sin embargo, que los estí­mulos sociales: el bienestar, la buena alimentación y mejores vacunas inciden en la precocidad de los púberes.  Como consecuencia, la edad infantil se acorta.  Algunos estudios relacionan la pubertad temprana con el aumento de la obesidad.  Los niños con sobrepeso tienden a madurar antes que los demás. 

Pero además, dicen las publicaciones, pueden deberse a la presencia de estrógenos en algunos cosméticos, no sólo en la carne, sino sobre todos los de venta no controlada.  Por otro lado, los llamados «disruptores endocrinos», es decir, sustancias quí­micas como los plaguicidas y otros compuestos utilizados en la industria agroalimentaria, pueden ser la causa de una alteración en los mensajes que las hormonas transmiten a las células.

Estos cambios repentinos y abruptos pueden ser causa de problemas en los niños que, pese a su gran estatura, al cambio de voz y hasta a veces la abundante barba y bigote se siguen comportando como los niños que son.  Usted los puede ver con talla superior, casi adolescentes, pero son niños todaví­a que quisieran jugar con carros y hacerse a la guerra con pequeños soldados.  En las niñas sucede algo semejante.  Parecen señoritas, tienen curvas bien delineadas, buen tamaño y botón mamario desarrollado, pero aún son niñas que se encuentran en un cuerpo que aún no reconocen.

El mundo cambia y da vueltas.  Y, como ve, si antes uno imploraba un adelanto en el desarrollo que permitiera aparecer frente a los amigos como un hombre y los padres se enorgullecí­an al ver más alto a su retoño, ahora es algo que tiene preocupado a todos.  Esta es otra razón para seguir pensando que este mundo esta más que loco y que la sensatez hace mucho pasó de moda.Â