PSICOGOTITAS


Nydia Guerra Portillo – Psicóloga

FOBIAS

Se denomina al miedo intenso hacia una situación o actividad especí­fica; el individuo lleva una vida limitada a causa de la dificultad por vencer los temores, también sufre de ansiedades, taquicardias y angustia, sí­ntomas que se presentan en forma desproporcionada en relación a la situación real.

Los psiquiatras describen diferentes tipos de fobias: las simples cuya etiologí­a puede ser por experiencias desagradables en la niñez con insectos, arañas, ratones, ví­boras, cucarachas, espacios cerrados y objetos o situaciones especí­ficas; éstas pueden prolongarse hasta la edad adulta; y las fobias sociales, que consisten en el temor a sentirse observados o permanecer en lugares abiertos.

Entre las fobias sociales que pueden aparecer en la adolescencia, están las siguientes: agorafobia, que es el temor a enfrentar a los demás o al público en general; Astrofobia miedo a relámpagos, Antropofobia miedo a la gente, Monofobia miedo a la soledad, Tanatofobia, miedo a la muerte, Genofobia miedo al sexo (género). Por la misma naturaleza del adolescente en la búsqueda de un lugar en la sociedad, estas fobias muchas veces pueden ser motivo de conflicto.

Las fobias simples son más frecuentes en mujeres que en hombres, y a veces, entre una misma familia. Es importante mencionar que entre los tratamientos de las fobias en general pueden ser, la Terapia de Conducta y la Terapia aversiva son muy eficientes para tratar este tipo de trastornos.

EPILEPSIA

Es un trastorno crónico del cerebro, caracterizado por convulsiones. í‰stas pueden originarse en una lesión cerebral o presentarse sin causa alguna. La persona epiléptica sufre cambios de carácter o explosiones emocionales, con perí­odos de confusión mental. Los estudios psiquiátricos descartan del todo su relación hereditaria.

Los ataques epilépticos varí­an según el tipo de lesión cerebral y pueden consistir en la pérdida de la consciencia y convulsiones. La convulsión, es una serie de contracciones involuntarias de músculos voluntarios, en las cuales, los globos oculares rotan hacia arriba o hacia los lados; la respiración se dificulta o se paraliza durante un tiempo, la persona produce mucha saliva, sus dientes se cierran con fuerza y pueden causar lesiones graves en su lengua y mejillas. Se puede perder el control de lo esfí­nteres, presentándose posteriormente un estado de fatiga y somnolencia aguda, hasta que el paciente se recupera totalmente.

No existe un tratamiento curativo especí­fico para la epilepsia, pero se puede reducir la frecuencia de las crisis convulsivas hasta en el 90% de los pacientes, administrándoles fármacos anticonvulsivos. En el perí­odo previo a la convulsión, existe un momento que se denomina Aura, en el que la persona epiléptica sin perder totalmente la conciencia, se paraliza, como esperando su llegada.

Es importante permanecer junto al paciente, durante todo el perí­odo convulsivo, y para evitarle mordedura de lengua, golpes craneales y heridas en otras partes del cuerpo, se le puede colocar un paño dentro de la boca; almohadas bajo su cabeza y sábanas bajo su cuerpo para protegerlo.