Un equipo de investigadores de la Universidad de Navarra y el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) ha iniciado un ensayo clínico en fase I para probar, en 20 pacientes, una vacuna frente a un tipo de cáncer, el linfoma folicular.
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El trabajo, que cuenta con el patrocinio de un laboratorio farmacéutico, analiza la seguridad de las denominadas vacunas idiotípicas, un tipo de inmunización elaborada con las células tumorales del propio paciente, que presentan en su superficie una proteína llamada inmunoglobulina, dentro de la cual se sitúa el idiotipo.
«Esta proteína de superficie, tras una manipulación adecuada, puede utilizarse como vacuna terapéutica, ya que representa un antígeno [sustancia capaz de estimular al sistema inmune] específico para ese tumor concreto», detalla el investigador principal, Maurizio Bendandi.
Según explica, el objetivo de la vacuna es activar el sistema inmune para que reconozca y destruya las células tumorales.
La particularidad del prototipo español es que, para su elaboración, se utiliza la planta del tabaco, que se infecta con una bacteria a la que se ha inoculado un virus en el que se ha introducido la información genética que codifica el antígeno de las células tumorales.