Prueba elocuente


Por los cambios de ruta que sufrió el Transmetro, la Municipalidad de Guatemala reinstaló el semáforo que durante años funcionó en el crucero de la 21 calle, entre su propio edificio y el Mercado Sur Número Dos. En ese lugar, desde que se inició el Transmetro, estuvieron dando ví­a policí­as de la PMT y el embotellamiento llegaba hasta la cuarta avenida de la zona 1 porque todo el trayecto por el llamado Trebolito era de una tremenda atrancazón.


Hoy el Alcalde puede salir a ver desde la baranda de su oficina y darse cuenta de la fluidez que hay luego de que se retiró a los agentes que sustituyeron al semáforo. Ni en la sexta avenida ni frente a la Municipalidad ni, mucho menos, en el trayecto del Trebolito hasta la sexta avenida hay embotellamientos a ninguna hora y eso es la prueba más elocuente que el mismo Alcalde puede tener de que los agentes son un estorbo cuando sustituyen a los semáforos porque carecen de criterio y no otorgan el derecho de paso con juicio equitativo, sino por capricho y cuando algún automovilista les toca la bocina recordándoles que deben cambiar el sentido de la preferencia, se empecinan y como diciendo este macho es mi mula, se quedan dando ví­a en el mismo sentido.

Los expertos en el diseño de las rutas del Transmetro debieron habilitar la primera avenida «A» entre la 19 y la 18 calle, restringiendo el estacionamiento de vehí­culos y colocando un semáforo en el crucero de la veinte calle, para reparar el daño causado por el cambio caprichoso de ví­a sobre la primera avenida.

Pensamos que si el Alcalde, quien es evidentemente el que está en todo, decidiera circular en un automóvil no reconocible por sus agentes y recorrer aquellos puntos crí­ticos en donde hay embotellamientos se darí­a cuenta de que los causan los propios elementos de la Policí­a Municipal de Tránsito por su actuación poco profesional. A nadie le gusta que le hablen mal de su rancho y eso le pasa al Alcalde cuando hay alguna crí­tica, pero debe entender que hay crí­ticas que son producto de la simple observación y que tienen la finalidad de mejorar la convivencia en la ciudad. No es lo mismo ver, como lo hace él, desde los monitores el comportamiento del tránsito que estar sentado al volante de un automóvil en medio de un atasco causado por los agentes de la PMT que, de ajuste, se muestran prepotentes con el automovilista.

Repetimos que el caso más claro y evidente lo tiene a la vista con sólo asomarse a la baranda del último piso de la Municipalidad y dirigir la vista al nor-occidente, en dirección al Mercado Sur. El crucero es expedito y no hay colas ni en la sexta ni frente a la Muni ni en el Trebolito. Y todo porque ya no hay, gracias a Dios, agentes de la PMT dando ví­a