La propuesta de reforma fiscal que el gobierno del presidente Colom recibió recientemente de la Comisión Nacional para los Acuerdos de Paz (Cenap), que después de transformarlos en proyectos de ley debe remitirlos al Legislativo para su discusión y eventual aprobación, es incierta su suerte, toda vez que nunca es el momento propicio para embarcar al paí­s en una aventura de esta naturaleza, mucho menos ahora que el flagelo de la pobreza absorbe a más familias guatemaltecas.

El acto oficial se llevó a cabo en el Palacio Nacional de la Cultura y le correspondió a su copartidario, Ferdy Berganza, entregar al presidente Colom dicha propuesta que por más que se busque camuflar como una medida tendente a modernizar fiscalmente al paí­s, se trata de nuevos impuestos que en primer lugar buscan llenar el hoyo fiscal que a finales de año dejará el IETAAP por un monto de Q2 mil millones.

Ronaldo Robles, secretario de Comunicación Social afirma que es una propuesta moderada, progresiva, encaminada a que los que tienen menos paguen menos o por lo menos sigan pagando lo mismo y los que más recursos tienen puedan apoyar más a aquellos que no lo tienen. «No podemos tener un paí­s con cascaritas de huevo huero», agregó el funcionario.

Berganza, quien actualmente es el segundo vicepresidente del Congreso de la República, quien forma parte del Cenap, explicó que la modernización fiscal planteada estima una recaudación mí­nima entre Q2,500 millones y Q3 mil millones o sea que no se está hablando de una transformación profunda, aun conscientes de que Guatemala es uno de los paí­ses latinoamericanos, donde se pagan menos impuestos.

No es del agrado del empresariado

El diputado coincide que debe producirse una campaña informativa que transparente el contenido de la propuesta de modernización fiscal, porque es plausible que los recursos vayan a ser destinados a la gente más pobre. «Quienes no van a estar de acuerdo es el empresariado que no les gusta que se los pongan en ley. Para eso tienen a los partidos liberales que de oficio van a gritar en el Congreso, pero creo que la batalla la vamos a ganar».

Asimismo, Berganza hizo un llamado a los dueños de algunos medios de comunicación, a los editoriales y columnistas a reflexionar que ningún paí­s del mundo puede sobrevivir, desarrollarse, si no tiene una carga impositiva que sea acorde a las necesidades de un pueblo, en vista que se prevé una arremetida en contra de la propuesta fiscal de los grupos de presión. Hasta el momento el sector privado organizado no se ha pronunciado sobre el tema fiscal, porque la propuesta aún no ha sido tramitada al Legislativo. Será entonces cuando se conozcan planteamientos más concretos sobre los proyectos que en esta materia el Ejecutivo debe enviar y el Legislativo abrir su discusión, probablemente durante el receso de sesiones plenarias que está por venir.

Colom busca elevar la carga tributaria

El presidente Colom afirmó en Washington que la propuesta busca elevar la carga tributaria del 12% al 13.5%, tal como lo establecen los acuerdos de paz, después de anunciar que el BCIE autorizó una lí­nea de crédito de US $600 millones de los cuales, US $400 para financiar el sistema fiscal y el resto para fortalecer el programa de las remesas escolares condicionadas.

Robles, asegura que se trata de garantizar los recursos mí­nimos para cumplir con los preceptos constitucionales y los acuerdos de paz de proporcionar a la ciudadaní­a seguridad, salud y educación por igual, no solamente a unos en detrimento de otros.

Existen grandes rezagos y hoy por hoy el Estado de Guatemala es absolutamente ineficaz para resolver problemas que por décadas fueron dejados en el abandono, aseguró. «Aquí­ estamos pagando los platos rotos por no haber hecho muchas cosas importantes, como garantizar el suministro energético».

«Hoy tenemos un suministro energético además de caro, sumamente limitado y sin energí­a no hay desarrollo, entonces por ahí­ transita la iniciativa que en breve será presentada al Congreso de la República para impulsar una modernización fiscal del paí­s. Según fuentes oficiales, la generación hidráulica cubre el 30% de la demanda y el 70% la generación térmica, mientras que en paí­ses vecinos como Costa Rica, la dependencia es a la inversa por la seriedad con que se abordó el problema hace muchos años.