Próxima revolución en alcobas


Campaña. Las principales calles de las ciudades francesas se han cubierto de la campaña de los dos candidatos a la segunda vuelta.

«Un dí­a me levanté con una sobredosis de Nicolas Sarkozy y me dije: ’Basta, es hora de actuar contra su omnipresencia mediática’», confí­a Yannik, responsable de «Sarkostique», un blog inundado a diario por artí­culos satí­ricos, rumores o meteduras de pata sobre el candidato conservador a la presidencia de Francia.


En «Segostop», el sitio que se presenta como una «cura para el mal de Ségolí¨ne Royal», proponen también «diagnósticos y antí­dotos» contra la aspirante socialista. Todos ellos con mucha ironí­a y tintes humorí­sticos.

En la campaña electoral de las presidenciales francesas, ninguno de los dos candidatos de la segunda vuelta del 6 de mayo está a salvo de la avidez de los ’bloggers’ por rescatar secretos y sacar a relucir los trapos sucios de sus personalidades, una forma de periodismo sensacionalista donde todo vale y nadie controla.

Decenas de blogs emergieron de las entrañas de internet en estos últimos meses para saciar la curiosidad de unos tres millones de franceses que se engancharon y alimentaron una red de información sin lí­mites destinada a «complementar y en ningún caso sustituir» la campaña oficial, según Yannik, cuyo sitio web recibe unas 15.000 visitas diarias.

«Su impacto no es para nada desdeñable. Los blogs han encontrado incluso eco en los medios de comunicación tradicionales, que retoman sus informaciones, cuando logran verificarlas», señala a la AFP Bruno Geanbart, del instituto Opinionway.

Los ’bloggers’ responden a un perfil de internauta joven, ya politizado, que busca su propio canal de expresión. Forman una comunidad en la que abundan puntos de vista «menos estereotipados», desligados de la deontologí­a periodí­stica, apunta este experto. «Enriquecen la campaña», asegura.

Quienes se pasean por la blogosfera descubren un sinfí­n de análisis más o menos elaborados de los programas electorales así­ como debates ideológicos, todo ello confundido con burlas, sátiras, bulos, montajes y declaraciones en «off» polí­ticamente incorrectas de los candidatos.

Lo más impactante circula luego en formato de correo electrónico o incluso se cuelga, por ejemplo, en exitosas páginas de difusión de ví­deos como YouTube o DailyMotion, en los que Sarkozy y Royal quedan reducidos muy a menudo a simples caricaturas.

Ante este aluvión de flechas envenenadas, socialistas y conservadores fabricaron su propio escudo y se dotaron de un pequeño ejército dentro de su equipo de campaña para «responder a noticias falsas, introducir comentarios favorables al candidato, lanzar crí­ticas contra el adversario y vigilarlo todo», explica Geanbart.

Por este motivo, muchas páginas están «contaminadas por el discurso de los responsables de campaña y de militantes defensores de uno u otro polí­tico. No son comentarios espontáneos», alerta.

A estas «filtraciones» se suman los propios blogs de los partidos, de tono mucho más serio, actualizados con una selección rigurosa de comentarios de expertos, promesas electorales, logros polí­ticos y fotografí­as inmejorables de los candidatos. Entre un 5% y un 7% de los electores visita con frecuencia estos sitios.

Según estimaciones de Opinionway, un 10% de los franceses entra de forma puntual en la blogosfera, un «fenómeno minoritario», pero que lleva camino de convertirse en un «contrapoder».

«En el futuro, será mucho más difí­cil esconder informaciones que hasta ahora la prensa tradicional no aireaba por cuestiones éticas».

En los tiempos de la blogosfera, por ejemplo, el fallecido ex presidente francés Franí§ois Mitterrand no habrí­a podido ocultar, como hizo, la existencia de una hija secreta durante más de 15 años, agrega.

Algunos blogs, sin embargo, desaparecerán tras las elecciones. Yannik, que no desea revelar su verdadero nombre por temor a «represalias», explica que si Sarkozy pierde la segunda vuelta el domingo se tomará vacaciones hasta las próximas elecciones. En caso contrario, no le «quedará más remedio» que seguir al pie del cañón, asegura.