Una serie de protestas contra la cinta Apocalypto, dirigida por el estadounidense Mel Gibson, se ha desatado en Guatemala, por considerar que ofrece una imagen «sanguinaria y falsa» de los mayas. La película trata sobre la decadencia de ese imperio, hacia el siglo XV, en el período posclásico.
El filme que según sus promotores, es una metáfora del mundo contemporáneo que compara el último período de los mayas con la actual etapa histórica de Estados Unidos, le ha valido a Gibson una serie de cuestionamientos, por no resaltar ni una sola de las grandes cualidades de esa civilización.
Lucio Ajpuu Yaxon, indígena maya-cachiquel, ha hecho circular por la Internet un comunicado de rechazo en el que califica a Gibson de «racista y manipulador», por haber realizado un filme sin el consentimiento de los pueblos Mayab del Rukux Ulew.
«Como nieto natural de esa gran comunidad, y a nombre de los abuelos, salgo a la defensa para rechazar que los llamen depredadores y sanguinarios como trata de contar este filme», señaló Yaxon, iracundo.
Al rechazo también se sumaron otras susceptibilidades heridas, como las de Annika Merelles y Mann Pellecer, quienes manifestaron su inconformidad enviando furibundas cartas de desaprobación a varios matutinos de la prensa nacional.
En su alegato, Merelles se pregunta dónde están los defensores de los derechos indígenas que tanto han luchado por su igualdad, y propone, asimismo, que así como Gibson se vio obligado a disculparse con los judíos por la película sobre La Pasión de Cristo, que también haga lo mismo con los pueblos descendientes de los mayas.
Por su parte, Pellecer hizo un llamado a los miles de descendientes de los mayas que habitan en Guatemala para que protesten contra Gibson, plantándose frente a la Embajada de Estados Unidos.
Según los promotores del largometraje, filmado en Veracruz, México, con gran despliegue en producción, Gibson tuvo entre sus consultores al arqueólogo Richard Hansen, director del Proyecto Cuenca del Mirador, quien se basó en datos del último período de la civilización maya.
Asimismo, el afanado investigador de la cultura mayanse, Darío Morán, dijo que a la cinta le faltó incluir aspectos y facetas del recorrido de los mayas por Mesoamérica y sobre la grandeza del período clásico de ese imperio.
«Al resaltar solo lo negativo, la cinta pone en entredicho las hipótesis, teorías y grandes conocimientos de la civilización maya, además de que ningunea los grandes sitios arqueológicos de Guatemala, y eso es lamentable, se quejó Morán.
Aunque el estreno de Apocalypto está programado para el mes de marzo, en Guatemala ya circula una copia pirata que se está vendiendo como «pan caliente», a raíz del vendaval de comentarios negativos que ha despertado el morbo de la gente.
En ese sentido, Ricardo Cajas, de la Comisión contra el Racismo -CODISRA- manifestó que la película pondera la llegada de los invasores españoles como la salvación de un pueblo que se encuentra sumido en la barbarie, y según la convención internacional contra el racismo son punibles todos aquellos aspectos que inciten a la distorsión de la realidad de los pueblos indígenas.
La polémica sobre esta metáfora fílmica de Gibson sigue creciendo en el país, mientras arrecian las críticas de los expertos hacia aspectos que van desde las inadecuadas locaciones veracruzanas, la contratación de actores desconocidos, la elección para el papel protagónico de un indígena norteamericano de Oklahoma, el mal uso del idioma maya-yucateco, hasta la aparición en el filme de una pantera negra, cuya especie es totalmente desconocida en esa región de México.
Entre tanto, también existen los que piensan que ponerse a discutir esta metáfora fílmica, pedir retractaciones y organizar manifestaciones es hacerle el juego del marketing a las películas de Hollywood, logrando que más gente se interese por verlas, cuando el objetivo es todo lo contrario.