La repercusión de las manifestaciones de respaldo a Tíbet al paso de la llama olímpica por Londres y París podría conducir a los dirigentes occidentales a mostrarse más severos con China, al menos hasta los Juegos Olímpicos de París, estimaron analistas hoy.
Después del fiasco del relevo en París, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, reconoció que las manifestaciones del lunes en la capital «complican la tarea» del presidente francés Nicolas Sarkozy.
Las otras grandes naciones olímpicas que reciben el relevo de la llama, como Gran Bretaña el domingo, o Estados Unidos este martes, se encuentran en una posición delicada ante la magnitud de estas protestas.
«Lo que sorprendió a los gobiernos occidentales es el nivel de organización de las asociaciones de defensa de Tíbet y el apoyo que tienen (en la opinión pública), dijo a la AFP Lawrence Saez, de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres.
Las grandes capitales occidentales no esperaron las recientes manifestaciones para criticar las violaciones de los derechos humanos en China o la represión en Tíbet, pero el caótico recorrido de la llama dio un nuevo relieve a esas cuestiones, según este analista.