Cientos de miles de chiítas gritaban «Â¡Abajo Bush! ¡Abajo Estados Unidos!» hoy en Nayaf, al sur de Bagdad, en una manifestación convocada por el movimiento del líder radical chiíta Moqtada Sadr para el cuarto aniversario de la caída del régimen de Saddam Hussein.
Mientras la muchedumbre gritaba consignas contra «la ocupación estadounidense» se quemaron banderas norteamericanas.
Los manifestantes, algunos de los cuales recorrieron más de 400 km para responder al llamado de este movimiento, se congregaron durante la mañana del lunes en Kufa, y luego se dirigieron a la ciudad santa vecina de Nayaf (a 160 km al sur de Bagdad).
Imágenes tomadas desde un helicóptero por el canal de televisión público Iraqia mostraban una marea humana que llevaba miles de banderas iraquíes. En algunos lugares, banderas norteamericanas e israelíes fueron pintadas en el suelo para que fueran pisoteadas por la turba.
Las autoridades tomaron medidas especiales de seguridad en coordinación con el movimiento de Moqtada Sadr para evitar los atentados.
Algunos religiosos sunitas, invitados por los chiítas, se encontraban en las primeras filas de la marcha.
«Esta multitud vino para mostrar su rechazo al ocupante y exigir su partida», dijo el diputado sadrista Falah Hassan Chansil.
«Después de cuatro años de ocupación, en Irak no hay más que sangre derramada, pero no hay servicios públicos ni agua», agregó otro diputado, Nasser al Rubaie.
«Nosotros no decimos que haya una soberanía parcial, nosotros afirmamos que no hay soberanía alguna», añadió.
La presencia de Moqtada Sadr, quien no ha sido visto en público desde hace varios meses, es una de las incógnitas de esta manifestación. Según el ejército de Estados Unidos, este se refugió en Irán, pero esta afirmación fue desmentida tanto por el movimiento sadrista como por la República Islámica.
El domingo, Moqtada Sadr había criticado a Estados Unidos, que según él trata de sembrar la división entre los iraquíes.
Mientras se registraban violentos choques desde el viernes entre milicianos chiítas, incluyendo al ejército del Mahdi, que él dirige, contra los norteamericanos y el ejército iraquí en Diwaniyah, Sadr llamó «a las fuerzas iraquíes y al ejército del Mahdi a no caer en la trampa de Estados Unidos y a dejar de pelearse».
«Ustedes contribuyen al éxito de nuestro enemigo común. El ejército y la policía iraquíes no deben apoyar al ocupante (…) que trabaja para sembrar la cizaña», agregó en un comunicado.
Los combates habían cesado el lunes de mañana en esta ciudad, situada a 180 km al sur de Bagdad.
Moqtada Sadr, un feroz crítico de los norteamericanos, tiene 32 diputados en un total de 275 en el Parlamento iraquí y sobre todo seis ministerios en el gobierno de unión nacional con el que Estados Unidos trabaja permanentemente.
El joven líder chiíta hizo combatir al ejército del Mahdi contra el ejército norteamericano en agosto de 2004 en Nayaf, durante una rebelión que sigue viva en todas las memorias. Sin embargo, desde que se puso en práctica un plan para mejorar la seguridad en Bagdad, a partir de mediados de febrero, los hombres de Sadr casi han desaparecido de las calles de la capital, y sobre todo de su bastión, Ciudad Sadr.
En Bagdad se impuso un toque de queda de 24 horas a los vehículos en ocasión del aniversario de la caída del régimen de Saddam Hussein.
Desde que Saddam Hussein fue derrocado por la invasión liderada por Estados Unidos y Gran Bretaña, en 2003, el 9 de abril es un día feriado en Irak.
El contraalmirante estadounidense Mark Fox afirmó hoy, cuarto aniversario de la caída del régimen de Saddam Hussein, que estos cuatro años de invasión norteamericana en Irak estuvieron marcados por «avances sustanciales» pero también por decepciones y frustraciones.
«Aunque en Irak se realizaron avances sustanciales desde 2003, reconocemos que los cuatro años pasados también han sido decepcionantes, frustrantes y cada vez más peligrosos en numerosas partes del país», declaró Fox en una conferencia de prensa en Bagdad.
A preguntas sobre la manifestación chiíta antiestadounidense en Nayaf (a 160 km al sur de Bagdad) durante la que se quemaron varias banderas norteamericanas, el contraalmirante insistió en el carácter «libre» y «pacífico» de la protesta.