No estaríamos equivocados si en vez de POLíTICA en el titulo de esta opinión, por analogía se usara «protagonistas de la PELíCULA electoral» que es lo que parece la multitud de candidatos, que con su discurso hacen recordar lo que se dice de las películas ya conocidas: «Ah!… ya la vi, eso ya lo oí hace 4.8, o 12 años, tanto que ya se sabe la trama y final de la película del reprise electoral, ahora con frases sin razón sin ton ni son ni de ser.
En Guatemala se ha vivido largos períodos de oscurantismo decadentes, desde la conquista colonialista, de gobiernos conservadores y «monarquías militares» analfabetas, o casi analfabetas, pocos han sido los tiempos de luz democrática que hemos visto como ahora, que se da paso al civismo electoral transparente.
El ambiente es propicio también porque en comparación a gobiernos anteriores, el del residente licenciado í“scar Berger Perdomo con su gobierno saldrá limpio, con la dignidad que se merece y bien recordado en la posteridad, con su vicepresidente, licenciado Eduardo Stein que ha estado a la exacta altura de la dignidad de su cargo, a pesar que los otros dos poderes del Estado, no lo estuvieron, sino los resistieron con rémora en el tiempo en que vivimos.
Las elecciones en su popularidad la hacen los partidos políticos, y la participación de hombres y mujeres del pueblo la hacen efectiva, al votar puntualmente con conciencia ciudadana y no en blanco, quienes desde ahora en adelante en la confusión de nombres y voces se preguntarán: ¿Quién será el candidato o candidata con personalidad de gobernante como estadista? ¿Quiénes los idealistas con capacidad intelectual o profesional para el Congreso Legislativo o solo para hacer el «montón? Cuantificado, pero jamás cualificado.
En el país para presidente no necesitamos tanto un filósofo, sabio teorizante, catedrático o profesor, etc. de solo hablar y hablaré, que es lo que menos cuesta, sino a una persona de hechos prácticos y con habilidad ya demostrada para realizar los grandes designios para los grandes males fundamentales ligados entre sí, que son los que acosan al país y sus poblaciones, y no un sólo tema que es obvio de los otros y más fundamentales que los que se mencionan. Ya está dicho que -a grandes males, grandes remedios- en plural.
Debiera ser el candidato o candidata a presidente de la República, persona espiritualizada al Dios Verdadero y único de la Biblia, para ser capaces de desarrollar un poder Ejecutivo con sabiduría, inteligencia, conocimiento, discernimiento, sensibilidad, accesible al consejo oportuno, carácter humano, y sobre todo, de alta moralidad como fuente principal de autoridad en la vida gubernamental social y económica de todos los habitantes nacionales y extranjeros.
Que sobre de todo resuelva la necesidad de la modernidad del Poder Judicial del país, como la mejor defensa nacional con justicia para todos, que en su aplicación sea útil contra el azote del crimen organizado y los vicios sociales conocidos que están invadiendo al mundo. Esta sería en los actuales tiempos la más excelente defensa nacional.
Que tenga una personalidad inspirada en cuanto a ideologías y las relaciones internacionales sensatas, hacia el centro, y no a las extremas anacrónicas de un «ayatola» o marxismo. Mientras que el cristianismo que es central en sus enseñanzas; da paso al libre curso en política, gobierno, la educación, el trabajo y el comercio, como en las buenas relaciones entre las naciones e interpersonales.
La educación en nuestro país es el peor de los lastres que se sufre en el desarrollo de la población actual y de futuro, por la subversión de los valores que en ella se manejan por el sector intermedio o maestros, que debieran ser un medio para superarla, y no «su propio fin», como rémora estática a los tiempos modernos y menos en pretender erigirse en rectores, si no en mentores de lo mejor, al confundir un derecho constitucional que nadie puede, ni quiere, ni intenta violar, con el de UN MECANISMO para su mejor logro como lo son las juntas de educación formada con padres de educandos en cada centro educativo, que lo interpretan como privativo, pero no, se quiere que por fuerza y ley sea el «tata gobierno», el que lo haga.
En el pasado hubo escuelas nacionales de educación pública, con excelentes MAESTROS, y mejores productos que los de ahora; hoy nos parecen escuelas nacionales de HUELGACION pública con buenísimos maestros y líderes para esa enseñanza de desorientación a la juventud, y a algunos padres que todavía se dejan usar para sus fines ulteriores, como son las huelgas y manifestaciones con seudos nombres de «asambleas permanentes y pasivas», para no decir abusivas y siempre de «huelgación» que debieran de prohibirse por el bien general y mayoritaria, en vez del minoritario de un solo gremio contra el país.