Pros y contras de las instituciones (I)


Como todo en esta vida, no importando a qué nos podamos referir, siempre hay aspectos positivos y negativos en lo que se realiza.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Cuál es el beneficio de un comerciante, de un agricultor, de un industrial, de un financiero, banquero o constructor de pertenecer a una cámara o asociación, de que a su vez la entidad gremial sea parte de un comité coordinador como CACIF.

El pro es conocerse, intercambiar opiniones, ponerse de acuerdo, actuar pública y privadamente en defensa de sus intereses, de sus agremiados y asociados. Para poder hacer todo esto, además de la voluntad se necesitan recursos económicos; todo asociado tiene que contribuir. Con estos recursos se contrata personal administrativo, se construyen sedes, se pagan servicios, ante todo, se contratan profesionales que se dediquen a estudiar, a defender y a proponer acciones, leyes y demás para el beneficio particular de los miembros o agremiados de las cámaras, asociaciones y comité coordinador. La justificación que se da es que ello se hace con recursos privados. «No es cierto», de una u otra forma todas estas erogaciones son gastos deducibles.

Cuántos beneficios, cuántos privilegios obtienen en los paí­ses desarrollados estas entidades. Estos sectores invierten millones de millones en cabilderos para que se materialice, por ejemplo, la Ley de Fomento Aví­cola, la inexistencia de impuestos de importación en grasas, materias primas que permitan mejores costos a los asociados y agremiados.

Los profesionales con que cuentan las entidades empresariales son de los mejores pagados, incluso algunos de ellos cuentan con gastos de representación, tarjeta de crédito y viajes al extranjero de forma institucional o de forma ocasional, según las circunstancias.

Los organismos legislativos de Centroamérica y Panamá tienen significativos presupuestos y no es un secreto que además de un amplio personal administrativo, de importantes sedes para su funcionamiento, tienen numerosos asesores; inclusive, en los diferentes paí­ses hay directivos que tienen asesores y personal por gruesa. Cuántos de ellos son eficientes, cuántos de ellos son necesarios, seguramente la mayorí­a. Si comparamos el presupuesto de un organismo legislativo nacional con el Parlacen comprobaremos que los presupuestos de los congresos son por lo menos diez veces mayores a los del Parlacen.

El desarrollo del Parlacen depende de cada uno de los gobiernos, depende de cada paí­s darle facultad legislativa a nivel centroamericano, iniciativa de ley a nivel internacional y qué mejor caja de análisis y resonancia de las decisiones o de las opiniones del Ejecutivo que el Parlamento Centroamericano en todos y cada uno de los temas que correspondan a la integración y a la globalización.

Si por ejemplo me preguntasen qué es más importante, un embajador en cualquiera de los paí­ses latinoamericanos o un parlamentario centroamericano, qué creen que dirí­a. Si comparáramos costos y resultados entre un embajador con un parlamentario, qué resultarí­a. Polí­ticamente tiene más futuro, más trascendencia e importancia el Parlacen que nuestra embajada en la India o en la mayorí­a de los paí­ses donde actualmente tenemos representación diplomática.

Continuará.