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Basado en cuatro programas estratégicos, -solidaridad, gobernabilidad, productividad y regionalizad-, el plan de la Unidad Nacional de la Esperanza, (UNE), fue presentado por el entonces candidato ílvaro Colom, como parte de un compromiso público que se harí­a efectivo al tomar posesión de la Presidencia.

La opinión de Alejandro Urí­zar, de Acción Ciudadana, es que, a diferencia de los otros partidos polí­ticos que participaron en esas selecciones, la UNE presentó un plan bastante completo y ambicioso que abarcó diversas áreas.

Sin embargo, a pocos dí­as de cumplir dos años de Gobierno, para analistas y activistas sociales los problemas no se han resuelto, sobre todo en el tema de seguridad.

Según Luis Linares, secretario Ejecutivo de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), durante su campaña, ílvaro Colom dijo que en ocho meses solucionarí­a el problema de la inseguridad, «obviamente, la realidad lo rebasó totalmente», dice el analista, mientras, agrega, que este compromiso «está muy lejos de cumplirse o que se vea una mejora significativa en este tema».

En esto concuerda Norma Cruz, activista de la Fundación Sobrevivientes, quien, además, indicó que el mandatario ha tenido la «certeza de reconocer que se precipitó al ofrecer resolver el problema de seguridad en pocos meses».

Este flagelo fue calificado por la activista como «el talón de Aquiles del Gobierno», pues en lugar de restar las cifras de muertes, según la percepción de la señora Cruz, estas se han incrementado.

Para Urí­zar, también se presentan deficiencias en cuanto al eje de gobernabilidad, una de ellas se muestra en el hecho de que en el Congreso de la República ha estado estancada la agenda de seguridad, lo que no ha permitido que el Gobierno cumpla totalmente con las promesas sobre este tema.

Otro de los compromisos adquiridos, según el representante de Asies, fue en la cuestión tributaria, ya que el entonces candidato «prometió que no se incrementarí­an los impuestos y ahora está promoviendo una reforma tributaria».

Al mismo tiempo, el especialista explicó, que a su parecer el ofrecimiento de no incrementar los impuestos no era únicamente para el primer año, pues esta es precisamente la época en que cualquier gobierno puede promover una reforma de este tipo debido a que todaví­a cuenta con el beneficio de duda.

LO QUE Sí SE HACE

Según indica Luis Velásquez, secretario de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia, el hecho de que no se perciban los avances en los cuatro ejes de trabajo del gobierno radica en que luego de los últimos dos gobiernos, en donde se tuvo un descuido en la seguridad y no se invirtió en el fortalecimiento de instituciones, se perdieron los avances que se tení­an hasta 1999.

«Hoy estamos pagando las consecuencias de esos últimos gobiernos», dice Velásquez. Sin embargo, el representante del Ejecutivo afirma que se realiza el mejor esfuerzo y que ya se empieza a encausar el paí­s, para contar con mejor seguridad.

Luis Linares dice que el compromiso que Alvaro Colom adquirió con los maestros de Pronade, en cuanto a la incorporación de este sector al Ministerio de Educación, sí­ se ha realizado, resolviendo de esta manera el problema que representaba para los educadores el no contar con las prestaciones que se les brindan a todos los servidores públicos.

También, Urí­zar opina que, el enfoque del eje de la solidaridad es acertado, pues se busca beneficiar a las personas que están en situación de pobreza o extrema pobreza, aunque es lamentable el hecho de no tener datos concretos de la cantidad de personas que son beneficiadas y que permitan afirmar que se ha cumplido con lo prometido.

En temas de educación y salud se han registrado mejorí­as, sobre todo por la gratuidad en los servicios, pero, dice Linares: «Esto no significa que ya se ha logrado resolver estos problemas, pues no ha habido un acompañamiento a la demanda de los servicios con el incremento a las medicinas o la ampliación de la infraestructura que se requiere».

Norma Cruz indica que hasta el momento se han abierto ocho centros de atención a mujeres victimas de violencia, pero aún no son suficientes debido a las elevadas cifras que se registran, principalmente en cuanto a féminas asesinadas.

COMO PALABRAS AL VIENTO

El hecho de que un candidato polí­tico haga ofrecimientos que después son difí­ciles de realizar es común en la sociedad guatemalteca, en esto concuerdan los tres entrevistados.

Una de las posibles causas, dice el representante de Asies, es la poca reflexión sobre los problemas del paí­s y a que no se hace un diagnóstico adecuado de esta situación. Además de caer en la «trampa», del fácil ofrecimiento electoral, sabiendo que de este modo no se encuentra oposición, o, no mencionar asuntos que pueden condicionar el voto, utilizando así­ el oportunismo electoral. «Las intensiones son buenas pero el diseño está malo», dice Linares.

Por otro lado, para Norma Cruz, esto es una costumbre de todos los polí­ticos, «en época de campaña a la gente le gusta escuchar promesas y ellos las venden», dice la activista. Además, según la entrevistada, se debe tener en cuenta que los problemas por los que atraviesa Guatemala «no se resuelven de un dí­a para otro» y que se necesita más que decretos. «Queremos seguir resolviendo las consecuencias y no las causas», dice.

Una opinión similar emite Alejandro Urí­zar, pues indica que esta precipitación se debe a que existen diferencias entre el discurso electoral, la agenda programática del partido y el ejercicio del poder una vez se pueda tener acceso a él, esto debido a que «los partidos polí­ticos son sumamente débiles en Guatemala y lamentablemente terminan siendo maquinas electorales en un contexto de competencia excesiva y negativa que los lleva a ofrecer el cielo y la tierra sabiendo que muchas cosas que se prometen son imposibles de cumplir».

LOS RETROCESOS

La representante de Sobrevivientes dice que «hoy por hoy», los niveles de desempleo y pobreza son bastante elevados, pese a los programas sociales que se han implementado. Además, en materia de seguridad, Cruz percibe que las cifras de muertes violentas se han incrementado y son alarmantes. «No podemos engañarnos a nosotros mismos, dice la activista, las cifras no han cambiado».

El representante de Acción Ciudadana, también opina que los niveles de violencia son altos y similares a los existentes antes de que Colom tomara el poder, e incluso, en fechas especí­ficas, los í­ndices se incrementaron.

«Entendemos que este no es un problema que se resuelve de la noche a la mañana, dice Urí­zar, sin embargo, algunos de los elementos prometidos en materia de seguridad no han logrado resultados visibles».

LAS POSIBILIDADES

Para el representante de Asies, la principal deficiencia en cumplimientos se va a presentar en materia de seguridad, «así­ como está la situación, no creo que se pueda alcanzar una mejora significativa», sentencia. Además, dice que debe tomarse en cuenta la crisis económica.

La opinión de Norma Cruz es que difí­cilmente se puede llegar a cumplir con estos compromisos, sin embargo, con un buen esfuerzo, se lograrí­a dar pasos que permitan algunos avances en materia de seguridad y mayores programas.

Respecto al número de muertes que se registran diariamente, Cruz indica que «es consuelo de tontos creer que si hubieron cinco menos (muertes), se está mejorando, porque no es una percepción real de la violencia».

Por otro lado, para el licenciado Urí­zar es posible que se cumplan con algunos compromisos como el incremento a los ingresos del Estado y la proyección social, sin embargo, en temas que no dependen exclusivamente del Gobierno, es muy difí­cil. Además, pareciera ser que las condiciones en Guatemala no son favorables para ello.

Además, para el representante de Acción ciudadana, el Plan de Gobierno de la UNE pareciera ser «la hoja de ruta de un Gobierno de más de cuatro años, pues las propuestas ahí­ presentadas, son inviables de ejecutar en ese periodo».

Por otro lado, Velásquez dice que si se va a mejorar la situación que se encontró al tomar posesión, además de dejar sentadas las bases para que los próximos gobiernos encuentren una institucionalidad más fortalecida.