Propuestas de Reformas II


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En el artículo del jueves pasado pude comentarles mi opinión acerca de algunas de las propuestas en el paquete de reformas que empuja en estos días el Ejecutivo. Hoy quiero proseguir con otros artículos que se ven modificados total o parcialmente y que seguramente provocarán cambios profundos, que no buenos, en nuestra forma de vida de verse aprobados.

John Carroll S.


En la tercera parte de las reformas, las que se refieren al fortalecimiento del sistema político, existen tres propuestas de reforma que verdaderamente dan pena y nos amarran a seguir con el atraso.  Las alteraciones a los artículos 1, 66 y 143 son una clara muestra del chantaje político de grupúsculos de presión que parecieran estar ganando la guerra por el divisionismo y la verdadera desigualdad ante la ley.  Hemos pasado muchos años y discusiones que tienen que ver con el reconocimiento de los pueblos indígenas y sus derechos y cada vez que se trata de discutir este tema siempre se obvia lo esencial y con las modificaciones a estos artículos se termina de escribir en piedra leyes que no son de aplicación general, y que están totalmente desviadas del concepto de igualdad ante la ley. ¿Cómo es posible que el nuevo texto constitucional pueda decir que “la integridad de su territorio es pluricultural, multiétnica y multilingüe”? es que simplemente esas no pueden ser características de un territorio. No es aceptable que se atropelle en estos nuevos artículos el derecho a la propiedad privada dando “el derecho de acceso a lugares sagrados históricamente reconocidos” y para ajuste de penas y contra toda lógica hacen oficiales a todas las lenguas indígenas. Esto implicaría altísimos costos y otro refugio legal para los delincuentes que seguramente apelarán a este artículo como táctica dilatoria cuando sean juzgados por hechos criminales.

En el artículo 157, que habla de la integración del Congreso,  hay una reforma que parece ser positiva aunque no hay lógica alguna para aceptar la propuesta de reducir el número de diputados a 140. ¿Con qué base? ¿Por qué no 100 u 80? ¿De dónde sacarán el número mágico de los 140?
En lo concerniente al artículo 166, que regula la asistencia de los Ministros al Congreso, me parece correcto que se utilicen sesiones específicas para las interpelaciones porque ya hemos visto en varias oportunidades como los diputados pueden distraerse de sus funciones ordinarias por varios días con la excusa de interrogar a un funcionario del Ejecutivo por días y semanas completas.

Una de las reformas más delicadas es la del artículo 182, en donde simplemente se suprime el “mandato del pueblo” cuando se habla de la definición del cargo de Presidente de la República.  Esto puede ser tremendamente delicado, porque desaparece el mandato del soberano  que es y debiera de seguir siendo nadie más que el pueblo.  En este mismo existe otra dedicatoria clarísima cuando excluye al Vicepresidente de la lista de funcionarios que tienen vedado favorecer a partidos políticos.

Tal vez la reforma de más impacto en cuestiones del sistema político es la de la simple supresión del mecanismo de Consulta Popular para hacer cambios a la Constitución.  Efectivamente la propuesta de reforma del artículo 280 le da el poder total de reforma al Congreso de la República y sus diputados a lo que cualquier personaje del Chapulín Colorado seguramente respondería ¿Y ahora quién podrá defendernos?

La semana entrante hablaremos de la última parte de la propuesta de reformas que se refiere al sistema fiscal y financiero y para cerrar el tema trataré de darles mi apreciación general de lo que este paquete de reformas significaría para los guatemaltecos. Finalmente la pregunta que nos tenemos que hacer todos es si vale la pena o no alterar nuestro texto constitucional.