Finalizó el año 2009 y muchas personas solemos hacer propósitos para el año venidero. Me gustaría sugerir que entre nuestros propósitos incluyamos cambios en nuestros patrones de conducta habitual y de consumo. Esto con el objetivo de ayudar a prolongar la existencia humana, o como lo sugiere el título de la agenda latinoamericana 2010: «Salvarnos con el planeta».
Antes que nada es importante señalar que la necesidad de hacer algo frente al cambio climático no es nada antojadizo, ni se trata de estar a la moda o algo por el estilo, hay información contundente que lo sustenta. El informe presentado por el Foro Humanitario Global, sobre cambio climático, asegura que un estimado de 315 mil personas están muriendo cada año como resultado de las hambrunas, las enfermedades, y los desastres naturales vinculados al cambio climático. Y esa cifra va en aumento.
Por esta razón, una sugerencia de propósitos para el 2010 podría ser revisar nuestros patrones de consumo, y nuestra cotidianidad, y cambiar aquello en lo que hacemos uso excesivo de materiales tóxicos y del agua.
En mi caso, me he propuesto sumarme a una campaña lanzada en España llamada «haz pis en la ducha». Creo que me ahorraré un tiempo al despertarme, porque la orinada mañanera la convertiré también en el inicio de mi ducha, y ahorraré cuatro litros de agua por día.
Algo que he empezado a hacer en el super y en el mercado es no pedir las bolsas plásticas cuando no las necesito. Sería bueno contarle a la cajera la razón por la que no quiero la bolsa: -es ya demasiado plástico para el planeta, y que oiga quien venga detrás, así también ayudamos a concientizar.
También es importante reducir el consumo de agua y refrescos embotellados en plástico. Privilegiemos lo que sea reusable. En cuanto a la energía, compremos focos de bajo consumo, y desconectemos el cargador del celular cuando ya no lo utilicemos. Eso nos ayudará también a reducir nuestros costos de energía eléctrica.
En la oficina también podemos hacer varios propósitos. Muchos documentos pueden ser impresos en papel que ha sido usado sólo de un lado, vayamos guardándolo, y si podemos evitar imprimir los documentos digitales, mucho mejor. Cada tonelada de papel reciclado ahorra 400 galones de petróleo.
Privilegiar la producción local sobre la foránea puede servir, además para apoyar a los nuestros, para reducir los transportes que contribuyen a la contaminación. Muchas veces los alimentos producidos por pequeñas y pequeños productores son más saludables que alimentos industrializados que utilizan agroquímicos y otras sustancias químicas.
La producción de carne deteriora más la tierra que la producción agrícola, en la medida de lo posible consumamos más vegetales; también es más saludable.
Sin perder de vista que los principales responsables del cambio climático son las potencias mundiales -25% del dióxido de carbono lo produce EE.UU.-, también somos parte de este sistema de consumo, y debemos contribuir a evitar una catástrofe mundial.
¿Cuáles serán sus propósitos de año?, ¿de qué otra forma podemos cooperar? Dejen sus comentarios en la versión electrónica de esta publicación.