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Los partidos políticos deben de reconocer la enorme responsabilidad que implica ser los intermediarios de la totalidad de los habitantes del país, la elección y formación de un gobierno democrático.
Los acuerdos de paz, acuerdos de Estado son la base, el piso, el fundamento del desarrollo social y económico de Guatemala. Continuar aceptando que la supercúpula económica, grupos creados o estimulados por este poder o por cualquier otra instancia sustituyan el contenido de los acuerdos de paz es algo parecido a lo que hacen las vacas rumiando sus alimentos.
El pacto político no puede ser con «un grupo facilitador», debe ser con las necesidades reales de la totalidad de la población del país, ningún grupo puede arrogarse la intermediación y la creación de compromisos entre los partidos políticos, por muy buena fe o representatividad individual que puedan tener.
La iniciativa de ley es del Organismo Legislativo, del Presidente de la República, y en algunos casos específicos de otros, no más espejitos que entretengan o que distraigan.
 De la misma forma que se lograron entendimientos que permitieron elegir al Presidente y a la Junta Directiva del Organismo Legislativo sin la ilegal intervención de las máximas autoridades del Ejecutivo, deben los partidos políticos abocarse mediante su propia instancia al logro de los acuerdos políticos que permitan al futuro gobierno que se elija ?independientemente de quien pueda ser el Presidente y Vicepresidente de la República? recibir un gobierno con una adecuada carga tributaria, sin ella no se puede resolver la inseguridad, la precaria educación, la salud pública y demás urgentes problemas.
La carga tributaria debe rebasar el mínimo que establecieron los Acuerdos de Paz, mínimo que se encuentra desfasado. Esa carga tributaria debe de hacerse con toda ecuanimidad y justicia, que pague más el que más ingresos recibe ahora.
Debe gravarse la riqueza, debe abandonarse la idea que el IVA es el único impuesto que sustente los ingresos que garanticen el combate a la pobreza y a la extrema pobreza. El IVA lo pagan todos, proporcionalmente lo paga más el más pobre porque todos sus ingresos los tiene que invertir en consumo. El Impuesto Sobre la Renta es aceptable pero se evade de la misma forma que hay quienes se apropian del IVA en sus ventas no declaradas en los mercados y la SAT no hace nada.
Guatemala tiene la obligación de crear prestaciones económicas mínimas para toda la población, la tercera edad, los niños y adolescentes, lo que requiere mejorar los sistemas de retiro y de salud.
El impuesto al pago de dividendos o acreditación a cuenta de acciones es urgente, como existe en Estados Unidos, Europa y países desarrollados del mundo. Este impuesto no le es grato a los bancos, ni a los grandes tenedores de acciones al portador o nominativas porque grava los ingresos que actualmente perciben libres de todo gravamen. Secretarios generales, partidos políticos, diputados asuman su papel.