Por amor al arte, el deporte y la cultura, la diputada del Partido Patriota, Anabella de León, presentó una iniciativa de ley que pretende reformar la Ley de Nacionalidad, con el fin de agilizar los trámites de naturalización de «deportistas extranjeros» para enaltecer el nombre de Guatemala. Una intención oculta y de intereses personales estaría detrás de la propuesta.
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Los representantes legales de los equipos de fútbol ven con curiosidad la enmienda, pues usualmente se acogen al mecanismo legal constitucional, ya que la mayor parte de jugadores importados provienen de Centroamérica y esto facilita el trámite.
Carlos Vélíz, gerente general del Club Comunicaciones, explica que con frecuencia contratan futbolistas centroamericanos, pero nacionalizarlos es tarea de pocos días, debido a que el procedimiento se basa en los artículos 144 y 145 de la Constitución Política de la República de Guatemala.
Específicamente el artículo 145 dice: También se consideran guatemaltecos de origen a los nacionales por nacimiento de las repúblicas que constituyeron la Federación de Centroamérica si adquieren domicilio en Guatemala y, manifiestan ante autoridad competente su deseo de ser guatemaltecos.
A pesar de ello, la reforma propuesta por Anabella de León contra la corrupción plantea nacionalizar a quienes tengan reconocido mérito científico, artístico, deportivo o filantrópico. Al mismo tiempo expresa: Si hubieran prestado o fueren a prestar a Guatemala servicios importantes o hubieren contribuido o fueren a contribuir a su desarrollo económico, social, deportivo o cultural, en forma que a juicio del Organismo Ejecutivo sea digna de tomarse en cuenta.
Interés Particular
Para los conocedores del ambiente deportivo, la propuesta de la diputada Anabella de León, surge de la necesidad de nacionalizar guatemalteco al futbolista Darío Silva, de origen brasileño. Al parecer, la legisladora es la representante legal del deportista que integra el Club Municipal.
Actualmente el proceso de nacionalización de atletas extranjeros requiere que al momento de su llega a Guatemala, debe esperar seis meses para que se le otorgue la residencia y cinco años más para iniciar el trámite de naturalización. En total, lograr la nacionalidad guatemalteca, para un ciudadano no centroamericano, podría tardar hasta seis años, mientras que con las reformas planteadas por la legisladora, el procedimiento puede durar solo dos meses.
Ante la ponencia, fue consultado ílvaro Aguilar, presidente de la Asociación de Autores, Editores e Intérpretes de Guatemala y vocalista de Alux Nahual, quien considera que la diputada «está totalmente equivocada».
«En lugar de nacionalizar extranjeros, tenemos que internacionalizar nacionales. Importar arte guatemalteco», apunta el artista. Es necesario, a su criterio, apoyar el arte y la cultura nacional y no esperar que artistas internacionales quieran cambiar de nacionalidad para enaltecer el nombre de Guatemala.
De hecho, Aguilar explica que ningún artista extranjero viene a Guatemala para cambiar de nacionalidad y luego saltar al estrellato. «No me suena lógico en lo absoluto. La gente no reconocería a un artista extranjero como chapín», declaró con desaliento.
Práctica recurrente
Mientras tanto, en el ámbito deportivo el gerente del Club Comunicaciones explica que el fenómeno de la importación de jugadores centroamericanos es recurrente entre casi todos los equipos de futbol del país, entre ello, los mismo Cremas, Cobán, Xelajú Mario Camposeco y Suchitepéquez entre otros con jugadores como Mario Fonseca, Ronald González y Rigoberto Gómez.
Otros atletas como Atila Zolti y Ricardo Piccinini han traspasado fronteras con la Carta Olímpica en la mano. Este Estatuto permite a los deportistas instalarse en países a los que no pertenecen, sin tener que pasar por los procedimientos burocráticos de naturalización.