La Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies) propuso cinco áreas prioritarias para incentivar el tránsito hacia la formalidad laboral: la extensión del seguro social, el cumplimiento del salario mínimo, la educación y capacitación para el trabajo, el acceso al crédito y la implementación de programas especiales para mujeres que trabajan por cuenta propia.
De acuerdo con el documento “El tránsito hacia la formalidad laboral”, de Asies, quienes son asalariados informales o quienes trabajan por su cuentan en Guatemala, usualmente tienen ingresos precarios o inferiores al salario mínimo, no cuentan con seguridad social, presentan baja escolaridad y su probabilidad de estabilidad es menor a cinco años.
Entre las características comunes del trabajo por cuenta propia en el país sobresalen la mayoría de población femenina, un significativo porcentaje de ellas en el sector del comercio, sin acceso a los sistemas de crédito y sin cobertura de la seguridad social, destaca la publicación.
Para incentivar el tránsito hacia la formalidad, es necesario que el Estado ponga en práctica esas cinco áreas prioritarias, además de tomar en cuenta el fortalecimiento institucional, la coordinación entre instituciones y el diálogo nacional, añade el documento.
La protección social es uno de los pilares fundamentales del concepto de trabajo decente, el que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define como un derecho esencial de todas las personas y un instrumento para la promoción del bienestar humano y el consenso social, señala el estudio de Asies.
Para lograr el mejoramiento en los ingresos de las y los guatemaltecos, es necesaria la fijación del salario mínimo, el cumplimiento del mismo y la inspección constante para reforzar los controles.
Según el Segundo Estudio de Opinión Pública sobre Trabajo Decente y Economía Informal, elaborado por ASIES; en Guatemala, 7 de cada 10 trabajadores son informales, en su mayoría jóvenes y rurales en los sectores de la agricultura y el comercio.
Un 14 por ciento de los hogares en Guatemala, Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu y Quetzaltenango, reveló que sus ingresos totales son menores a los 700 quetzales, situación causada en parte por el poco acceso a la tierra para la producción comercial, en el caso del sector agrícola.