La presidenta en ejercicio de Costa Rica, Laura Chinchilla, sancionó ayer una ley que prohíbe a los padres y tutores el castigo corporal y el maltrato psicológico contra los niños y adolescentes.
«Quien corrige con violencia cosecha violencia, y un niño agredido en su hogar saldrá a empuñar un arma en su barrio, en lugar de recibir un diploma en un colegio», afirmó Chinchilla tras sancionar la legislación que entrará en vigencia inmediatamente después de su publicación en el diario oficial.
Costa Rica es el tercer país de América Latina que aprueba una normativa tendiente a erradicar los golpes y las humillaciones como instrumentos para educar a los niños.
La ley modifica el artículo 143 del Código de Familia y establece que «la autoridad parental confiere los derechos de orientar, educar, cuidar, vigilar y disciplinar a los hijos e hijas, lo cual en ningún caso autoriza el uso del castigo corporal y cualquier otra forma de trato humillante contra las personas menores de edad».
Quienes violenten la disposición, se expondrán a las sanciones que establece el Código Penal, así como a la suspensión de la patria potestad, señala la ley.
El director del Patronato Nacional de la Infancia, Mario Víquez, reconoció que la legislación provocará resistencia en muchos sectores porque «estos temas inevitablemente remiten a las vivencias propias como hijos, como padres y como abuelos».
Sin embargo, dijo que «la familia debe fortalecer su tarea de crianza de los niños y niñas mediante tres pilares: el amor, el ejemplo y la disciplina».
En Costa Rica, según un estudio del Instituto de Estudios en Población, el 65,3% de los adultos gopea con frecuencia a los niños y niñas, y el 74,2% les grita o maltrata verbalmente.