El proyecto de Tom Cruise de encarnar a un héroe antinazi que fue fusilado en 1944 por haber encabezado un atentado contra Adolf Hitler, en un filme que debería ser rodado este verano en Berlín, ha suscitado polémica en Alemania por la pertenencia del actor estadounidense a la Cienciología.
El astro norteamericano debería protagonizar el papel principal en ese filme titulado «Valquiria», realizado por Bryan Singer («Usual Suspects»), y consagrado al destino del conde Claus Schenk von Stauffenberg, un oficial del ejército alemán que intentó matar a Hitler el 20 de julio de 1944 (en un complot denominado «Operación Valquiria») y fue inmediatamente ejecutado.
El equipo del filme vino a Berlín a conocer los escenarios para el rodaje de varias escenas este verano (boreal) en los lugares donde ocurrieron los hechos.
Pero, rápidamente, el propio hijo del conde, Berthold Schenk von Stauffenberg, de 72 años, expresó públicamente la poca simpatía que le inspiraba este proyecto, debido al actor elegido para encarnar a su progenitor. «Me desagrada que un cienciólogo notorio desempeñe el papel de mi padre», dijo al diario Sueddeutsche Zeitung.
Algunos sectores políticos, particularmente irritados por la instalación en pleno centro de Berlín de una oficina de 4.000 metros cuadrados de la Iglesia de la Cienciología, siguieron los pasos del hijo del jefe de la resistencia contra Hitler.
El diputado socialdemócrata berlinés Klaus Uwe Benneter lamentó en su página de internet que el papel de Stauffenberg hubiera sido confiado a «un actor cuya secta intenta por métodos dudosos atraer a la gente para manipularla».
La semana pasada, el debate tuvo un nuevo giro al anunciar las autoridades alemanas que no autorizaban al equipo del filme a rodar en los lugares donde Stauffenberg fue ejecutado, en un edificio que alberga hoy servicios del ministerio federal alemán de Defensa.
Se trata de un lugar de recogimiento, argumentó un portavoz, quien no evocó sin embargo la polémica sobre la Cienciología. El gobierno de Angela Merkel apoya sin embargo el proyecto del filme, agregó.
Pero el equipo de rodaje chocó además con otras dificultades. Las autoridades han vetado la utilización de otro lugar para el rodaje, una oficina de la policía de Berlín, argumentando que los funcionarios se verían perturbados en su labor por la filmación.
El presidente del Memorial de la Resistencia Alemana, Peter Steinbach, tomó postura contra Tom Cruise, un actor según él «controvertido», que amenaza con crear en la mente del público un lazo «contradictorio» entre «el coraje cívico de un hombre que se comprometió contra el totalitarismo», por un lado, y «una cuasi operación cienciológica», por otro.
En el concierto de críticas, uno de los pocos que defiende al actor de Hollywood es el cineasta alemán Florian Henckel von Donnersmarck, cuya película «La vida de los otros» obtuvo este año el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
En un extenso artículo publicado el martes en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, el joven realizador calificó a Tom Cruise como «la promesa de Alemania», ya que su película «haría más por la consideración (del país) que diez copas mundiales de fútbol».
Pero «ni siquiera el mayor astro de la nación de los (Aliados) vencedores me parece suficiente para encarnar a nuestro héroe Stauffenberg, porque este astro, por sus convicciones personales, no coincide con las visiones actuales de Alemania», lamentó sin embargo el realizador alemán.
Al otro lado del Atlántico, donde los medios de comunicación tienen dificultades para comprender la hostilidad de los europeos frente la Cienciología, un editorialista del Philadelphia Daily News resumió las cosas de forma todavía más dura al preguntarse: «Â¿qué mejor forma de hacer revivir el período nazi que impedir a alguien trabajar, debido a sus creencias?»