Profecí­as para el 2025


Uno quisiera ser optimista, pero las noticias no ayudan mucho. Recientemente se publicó en diferentes medios del mundo el último informe de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos y los datos no hacen sino deprimirnos o a lo sumo ponernos en guardia para que los acontecimientos no nos agarren con los calzones bajos. A futuro, dicen los expertos del Consejo Nacional de Inteligencia, en el año 2025 aproximadamente, Estados Unidos continuará siendo la potencia más importante en el escenario mundial, pero no será sino una más entre los principales actores mundiales. El documento (Global Trends 2025) describe un mundo inestable, pero multipolar, donde «la contracción de las capacidades económicas y militares de los Estados Unidos le ponen difí­cil su papel de árbitro de las prioridades internas y de la polí­tica extranjera».

Eduardo Blandón

China se convertirá en el actor económico de mayor importancia mundial y con ella, la India, Rusia y Brasil. Los paí­ses del Golfo Pérsico gozarán de mayor protagonismo polí­tico en virtud no sólo de los elevados precios del petróleo, sino también por el aparente «boom» en la producción del crudo. Esta situación, sin embargo, se verá contrastada por la escasez mundial del agua. El cuadro será devastador, el problema del agua afectará a más de cincuenta paí­ses del mundo. La población planetaria continuará creciendo y llegará en el 2025 a 8 mil millones de habitantes. Como consecuencia de esta superpoblación los contrastes en desarrollo continuarán y serán más amplias las desigualdades. Occidente y Rusia, empero, seguirán envejeciendo. En cuanto al terrorismo, el informe indica que tenderá a la baja. Los Estados débiles continuarán para peor y habrá nuevos peligros globales.

El terrorismo no desaparecerá, pero su importancia será cada vez más relativa. El informe se preocupa más por la multiplicación de Estados débiles y los desequilibrios provocados por el acceso al agua y la energí­a. Se subraya también cómo la proliferación de armas nucleares será una preocupación de primer orden. En otro aspecto, el documento invita a reflexionar sobre los riesgos de un desequilibrio climático irreversible.

El informe observa que el cambio climático «exacerbará las escasez de recursos» y afectará más la producción agrí­cola. En un escenario «sorpresivo», los autores retoman la hipótesis del «efecto umbral», es decir, la idea de que la emisión de gas podrí­a sobrepasar una sombra tal que el clima no podrá más reencontrar su equilibrio.

Algunos crí­ticos han observado que el análisis de la crisis ecológica se limita sólo al cambio climático, ignorando olí­mpicamente la crisis de la biodiversidad y la degradación de los sistemas oceánicos. Igualmente, la agricultura es tratada de manera muy marginal. Finalmente, se recalca el fenómeno de mayor inequidad social en el seno de los paí­ses, pero muy en particular en los Estados Unidos. Como puede verse no hay muchas razones para el optimismo, pero igual hay que seguir viviendo en clave de esperanza. Si quiere compenetrarse más de la información, lo invito a visitar la página en donde está todo el trabajo profético de los gringos.