El 2 de diciembre último, medios españoles dieron a conocer que Kate Doyle, profesora y directora documentalista del Archivo de la Seguridad Nacional de Estados Unidos, entregó a Santiago Pedraz, magistrado de la ANE, un documento militar denominado Plan Sofía.
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Según las publicaciones, el documento, inédito en el país, recoge las órdenes del Ejército para ejecutar a la población civil durante el conflicto armado interno durante 1978 y 1983; también refiere al diputado y ex presidente golpista Efraín Ríos Montt, señalado en la denuncia interpuesta por Rigoberta Menchú en la Audiencia Nacional de España (ANE).
¿Cuáles serán las acciones que generará la entrega del citado plan al juez Pedraz en España y su aporte en el proceso abierto en España contra varios militares guatemaltecos implicados en las peores violaciones a los derechos humanos ocurridas en el país durante la guerra?
PUNTOS DE VISTA
Eduardo de León, director de la Fundación Rigoberta Menchú, denunciante en el proceso abierto en España por genocidio, explica que la causa abierta en la Audiencia Nacional de España, da lugar a que diferentes actores, denunciantes y víctimas puedan sumarse a la querella inicial, lo que ha generado acciones coordinadas entre los diferentes actores y, por ende, la incorporación de pruebas, documentos y testimonios que fortalecen la demanda, indicó.
De León indica: «El Plan Sofía, por su naturaleza y la información misma que contiene, es un documento importante para ratificar las implicaciones de los altos mandos militares y funcionarios de primer nivel como Ríos Montt en la comisión de crímenes de lesa humanidad y de genocidio en Guatemala», explica.
El entrevistado refiere que ese documento contiene detalles sobre la estrategia contrainsurgente del Ejército durante el gobierno de Ríos Montt, y que hay distintos mandos implicados en las masacres contra comunidades indígenas en diferentes regiones del país: «indica por los tiempos en los que se ejecuta, quiénes dan las órdenes para operarlo, además efectivamente ubica un territorio en el que se cometieron las masacres, detallando que eran comunidades que estaban bajo la influencia de las organizaciones guerrilleras. Ubica en tiempo y espacio el quehacer del Ejército y los mandos militares en relación al genocidio en Guatemala», indicó.
A criterio del experto el documento ratifica los informes presentados por la Comisión Para el Esclarecimiento Histórico y el proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), por lo que su información «es fundamental», pues complementa y amplía lo concluido por la Comisión.
Consultado Francisco Palomo, abogado defensor de Ríos Montt, actual diputado y uno de los principales señalados en la denuncia interpuesta en España, descartó que el nombre de su patrocinado aparezca en el Plan Sofía, además, cuestionó la legitimidad de las publicaciones que detallan la entrega del plan a Santiago Pedraz, magistrado de la Audiencia Nacional de España.
«Ese tipo de noticias no pueden considerarse como pruebas dentro de un juicio o proceso penal porque dependen del reportero que las redacta», indicó.
El jurista añadió: «Hay una situación importante, ¿cómo llegó el plan a manos de la investigadora?, si el Ejército no lo tiene tuvo que haber sido creado por ella. Habría que determinar la legitimidad del documento».
Palomo enfatiza que analizará «las consecuencias» de las publicaciones y de la entrega del Plan Sofía a Pedraz para iniciar acciones legales, indicó. El jurista reiteró que el documento «es un montón de hojas que no sindican de nada al general, y aunque los Estados Unidos digan lo que digan el proceso en España ya lo descartó la CC y las acciones de Pedraz no tienen ninguna validez sobre el territorio nacional», indicó.
¿QUí‰ OCULTABA EL PLAN SOFíA?
La Comisión Nacional de Esclarecimiento Histórico recopiló información que da cuenta de los hechos ocurridos entonces, sin embargo, no aportó la versión militar por falta de pruebas documentales; en ese marco, los informes militares permanecieron en la penumbra hasta que salió a luz el Plan Sofía 82, que detalla operaciones ofensivas contrainsurgentes, campañas ideológicas militares y tácticas políticas, emprendidas por el Ejército en 1982, con las que se comprobó fehacientemente el papel que jugó el Ejército en el enfrentamiento armado.
El plan, que ha sido revisado y validado por la especialista Doyle, del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, se define como una herramienta de carácter técnico, empleada por las fuerzas castrenses en el combate a los grupos guerrilleros y poblaciones civiles afines a éstos, aunque en la mayoría de oportunidades no fueron comprobados los vínculos entre los dos grupos
De acuerdo con la copia del Plan, a la que tuvo acceso La Hora, las disposiciones tienen la rúbrica del comandante Francisco íngel Castellanos Góngora, y fue remitido en 1982 al Jefe del Estado Mayor General del Ejército, el Comandante de la Fuerza Aérea Guatemalteca, el Comandante de la Brigada Militar «General Manuel Lisandro Barillas» y el Comandante de la Zona Militar «Mariscal Gregorio Solares», entre otros altos funcionarios castrenses.
Asimismo, aparecen datos de otros medios y altos mandos militares, cuyos nombres fueron codificados con claves especiales, los cuales todavía no han podido ser descifrados por especialistas en criptografía. Especialistas y analistas, nacionales y extranjeros, coinciden en que todas las dudas sobre el conocimiento del plan por parte de altos funcionarios, e incluso por el Presidente de la época, se disipan al observar la primera fase del documento, en el que aparecen las notas de envío a los cabecillas del Ejército.
ESTRATEGIA Y Tí‰CNICA
En términos generales, el Plan Sofía 82 expone los pasos para ejecutar análisis, movilizaciones, ofensivas, retiradas y otras acciones relacionadas con la campaña militar contra los grupos guerrilleros en áreas occidentales y noroccidentales del país.
Se realizarán «operaciones antisubversivas, control de la población, y operaciones psicológicas en su jurisdicción», reza la hoja 2 del Plan de Operaciones «Sofía»
Los mapas, croquis, códigos e informes de carácter técnico, sobre el estatus de los cuerpos militares, las condiciones de terreno y otros aspectos decisivos para la movilización de tropas en las áreas de operación forman parte del plan. Asimismo, en las últimas hojas están incluidos los informes presentados por los mandos medios a los jefes militares, en los que dan cuenta del alcance y éxito de las operaciones ejecutadas.
A LA CABEZA
Uno de los aspectos más relevantes de Sofia 82, es que además de trazar las líneas estratégicas para ejecutar operaciones de campo en zonas rurales, señalaba las acciones que debían ejecutar los cuerpos militares para incidir ideológicamente en sus blancos.
«Para vencer no se necesita únicamente de las armas, sino además es necesaria la ayuda decidida del Gobierno en obras físicas y principalmente ideológica», reza un extracto del Informe Periódico de Operaciones No. S3-001/82, que forma parte del Plan Sofía 82.
«Para este fin se hace necesario la instalación de una emisora (Radio-emisora) para enviar todo el tiempo, mensajes de Guerra ideológica a los pobladores del Triángulo Ixil».
«DE SER POSIBLE»
El Plan destaca la formulación de órdenes y formas en las que deben proceder los grupos militares en las operaciones de campo, que en algunos casos detalla acciones específicas
«Debe respetarse la vida de mujeres, niños, hasta donde sea posible». Es una de las órdenes que debían seguir los ejecutores de Sofía. La frase claramente demuestra que la protección de la vida de los civiles no era una prioridad, aunque sí debía ser tomada en cuenta por los ejecutores.