Problemas literarios de Guatemala


¿Qué es literatura guatemalteca?

Desligándonos de problemas metafí­sicos, la respuesta pudiera parecer muy obvia y sencilla al principio. Se podrí­a decir que la literatura guatemalteca es la literatura escrita en español por guatemaltecos o guatemaltecas, con referencia a temas guatemaltecos.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

Sin embargo, esta sencillez podrí­a pecar de ingenuidad, pues, como se verá, el problema es mucho más complejo. Por sentado se da qué es literatura guatemalteca, y qué no; en esta lista, pareciera que el patrón se rompiera de golpe, con la inclusión de los no nacidos en el paí­s, obras escritas en otro idioma, o publicadas fuera del paí­s. Incluso, hay algunas excepciones de las que realmente se puede dudar de su guatemalidad.

En primer lugar, habrí­a que dudar del mismo concepto «literatura»; la raí­z de esta palabra procede de «letra», a lo que se refiere que es un arte que se caracteriza por ser escrito. De tal forma, habrí­a que recordar que varios documentos de la literatura guatemalteca son meras transcripciones de la tradición oral.

Probablemente, la obra más representantiva es el Rabinal Achi, que sobrevivió durante siglos transmitiéndose por herencia, hasta que se documentara por escrito.

También, las inscripciones en murales, códices, esculturas, monolitos, escalinatas, de la cultura maya, utilizando escritura que no era fonética al ciento por ciento (alguna incluso escritura jeroglí­fica), no han impedido reconocer rasgos literarios en esas culturas, pese a que no son, precisamente, «literatura» porque no están escritos.

Otro concepto del cual se debe dudar es el hecho de que la literatura guatemalteca está escrita en español. Hay que recordar que muchos textos fueron concebidos en otras lenguas. Por ejemplo, la nueva literatura indí­gena ha sido escrita en k’iche’, para mencionar algunos casos. De esa cuenta, tenemos libros como La otra cara de Gaspar Pedro González, escrito en q’anjob’al.

Otro punto que hay que tomar en cuenta es el que los autores no necesariamente deban ser nacidos en Guatemala, para que se considere literatura nacional. Desde los inicios de la literatura guatemalteca, el español Bernal Dí­az del Castillo escribió una de las obras fundamentales de las letras hispanoamericanas; nadie ha dudado nunca que la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, que en su mayorí­a relata pasajes de la conquista de México, sea realmente una obra guatemalteca.

De hecho la nacionalidad viene en consecuencia de una territorialidad, lo cual no define realmente a la nación. El concepto Guatemala se ha ido modificando sus lí­mites a lo largo de la historia. Primero, era conocido así­ el Altiplano en donde habitaban los reinos indí­genas descendientes de la raí­z maya. Luego, para la colonia española, Guatemala era un reino que abarcaba toda Centroamérica. Para la independencia, el paí­s estaba constituido por Chiapas, Soconusco, Tabasco, Belice… (¿Será la literatura beliceña de antes de 1983, guatemalteca?).

De esa cuenta, hemos considerado literatura guatemalteca al hondureño José Cecilio del Valle o al salvadoreño José Batres Montúfar, pues en ese tiempo eran considerados con su nacionalidad guatemalteca.

Decenas de casos de duda pueden surgir. Por ejemplo, Augusto Monterroso fue tan guatemalteco como hondureño, pero escribió toda su obra en México. Antonio José de Irisarri, aunque nacido en nuestro paí­s, llegó a ser presidente de Chile, pero se le considera literatura guatemalteca.

Rafael Landí­var escribió Rusticatio mexicana en latí­n y lo publicó en Italia.

Francisco Goldman es de madre guatemalteca, pero esencialmente estadounidense. Escribió en inglés su novela «The Long Night of the White Chicken», que ha sido considerada como de las mejores de los años 80.

Varios extranjeros han publicado en Guatemala sobre temas guatemaltecos, como Horacio Castellanos Moya, Marcela Serrano y Francisco Pérez de Antón.

Carlos Solórzano nació en San Marcos, pero la mayor parte de su vida y de su obra literaria la desarrolló en México, paí­s que, por su parte, se lo ha hecho muy suyo; sin embargo, él se considera guatemalteco.

En conclusión, la literatura guatemalteca es un término que aún es muy ambiguo, que se define más que todo por un capricho del mismo autor que quiso denominarla así­, o por un público lector que se apropió de la literatura guatemalteca. La discusión deberí­a ser revisada de nuevo para ampliar el panorama de literatura guatemalteca, pues casi que se incluye a los textos escritos en español, por escritores guatemaltecos, con temas guatemaltecos (y urbanos, además) en editoriales guatemaltecas.