Problemas comunes


Nuestra vecindad con México plantea grandes oportunidades y también enormes retos porque indudablemente hay vasos comunicantes que se pueden ver desde ambas perspectivas. El simple hecho de que ahora estemos iniciando de manera formal la interconexión eléctrica es una muestra de lo que la cooperación puede significar en términos de beneficio mutuo, pero también tenemos que ver que especialmente en el campo de la seguridad ciudadana, matizada por los problemas del narcotráfico, estamos de hecho en el mismo barco y debemos adoptar estrategias comunes.


La decidida lucha que México emprendió en contra de los cárteles de la droga ha repercutido de manera directa en Guatemala porque la presión ejercida allá por las fuerzas de seguridad se traduce en incremento de la actividad de los grupos de narcos en nuestro paí­s, donde aprovechan las debilidades institucionales que le proporcionan enormes espacios para que puedan realizar su trasiego sin tantas complicaciones.

En ese sentido la cooperación entre ambos paí­ses, especialmente en el tema de intercambio de información e inteligencia, debiera ser elemento esencial de las relaciones entre ambos gobiernos porque es categórico que estamos en el mismo barco y que lo que se haga o deje de hacer en alguna de las instancias tiene efecto directo en la seguridad de la población.

La visita del Presidente de México a Guatemala tiene que marcar el inicio de una renovada relación entre ambos paí­ses para que podamos no sólo aprovechar las ventajas de la vecindad, sino que también sepamos enfrentar los desafí­os que se plantean, tanto en el tema puntual de la seguridad ciudadana, como en el relacionado con la migración, aspecto en el que todos los paí­ses cometen errores e incurren en excesos cuando se trata de trato a los migrantes extranjeros. Los guatemaltecos que viajan a Estados Unidos y tienen que transitar por México son ví­ctimas de situaciones trágicas, de la misma manera en que otros centroamericanos se quejan del trato que reciben en Guatemala.

La agenda bilateral con México es en verdad inagotable porque son tantos los temas de interés común que hay entre los dos paí­ses que no pueden esbozarse en el curso de una reunión Cumbre de mandatarios. Pero sin duda alguna que de los más preocupantes y que obligan a mostrar mayor interés, tenemos que mencionar esos dos, el del narcotráfico con sus implicaciones en seguridad ciudadana, y el relacionado con el trato a los migrantes que en busca de un mejor nivel de vida pasan por el territorio mexicano y muchas veces son objeto de vejámenes. Con esas dos cuestiones que se aborden seria y responsablemente, ya hay ganancia.