Expertos y representantes de los países iberoamericanos se reúnen durante dos días en Madrid en busca de soluciones para reducir los accidentes de tráfico en el ámbito iberoamericano, que cada año causan una «sangría» de 120 mil muertos en Latinoamérica.
«Más de 120 mil personas fallecen por accidentes de tránsito (en Iberoamérica) y muchas quedan impedidas con costes que alcanzan el 2% de nuestros PIB», dijo el Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, quien consideró estas cifras «una sangría intolerable».
Estas muertes «son más víctimas en un solo año que todas las víctimas civiles de la guerra de Irak en los últimos cinco», dijo Iglesias en la inauguración del I Encuentro Iberoamericano y del Caribe sobre Seguridad Vial, que el lunes y el martes tenía lugar en Madrid, destacando el especial peligro que supone para los jóvenes.
Los accidentes de tráfico son la segunda causa de muerte de las personas entre 5 y 44 años en Latinoamérica, que cuenta con la mayor tasa per cápita de siniestralidad vial, con 26,1 muertos por cada 100.000 habitantes, según un informe del Banco Mundial, que calcula que en 2020 esta cifra aumentará hasta los 31 por 100 mil habitantes.
Frente a esto, en los países desarrollados la tasa es de 11,8 muertos por cada 100 mil habitantes en 2000 a 7,8 por 100.000 en 2020.
En la inauguración del foro, que responde a un mandato emanado de las dos últimas Cumbres Iberoamericanas, la vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Pamela Cox, recordó que los costes sociales y económicos de los accidentes de tráfico en Latinoamérica y el Caribe suponen «aproximadamente un 1% del PIB en países de bajos ingresos y un 1,5% en países de ingresos medios».
Cox destacó el lastre que la gran siniestralidad vial supone también para el desarrollo económico de estos países, ya que las malas infraestructuras viarias y el tráfico suponen incrementar los costes de los transportes.
«Los costes logísticos de la región se calculan en un 16-26% del PIB y en un 18-32% del valor del producto, comparado con un 9% del PIB y del valor del producto para países de la OCDE», según Cox, para la que esto repercute negativamente en la competitividad de estos países respecto a los del mundo desarrollado y otras naciones emergentes.
Durante estos dos días en Madrid, expertos y políticos iberoamericanos tratarán de consensuar medidas y soluciones para reducir los accidentes de tráfico, causantes de 1,2 millones de muertos y 50 millones de heridos cada año en el mundo.
Los resultados de los trabajos elevarán a la próxima Cumbre Iberoamericana de noviembre en Estoril (Portugal).
El encuentro también busca «movilizar un apoyo iberoamericano y regional» ante la primera Conferencia Mundial sobre Seguridad Vial que tendrá lugar en Moscú, bajo los auspicios de la ONU, en Moscú en noviembre.
El foro tuvo un momento de emoción con las intervenciones de la española Mar Cogollo y la uruguaya Alejandra Forlán, hermana del futbolista uruguayo Diego Forlán, ambas parapléjicas, como la voz de las víctimas de los accidentes de tráfico.
Alejandra, que anunció la creación de una fundación para luchar contra los accidentes de tráfico, aseguró que su intención es que «la gente joven tome conciencia (del problema de los accidentes), que pare de ir gente en silla de ruedas» por siniestros en la carretera.
El I Encuentro Iberoamericano sobre Seguridad Vial finalizó este martes en Madrid con la emisión de un documento de conclusiones en el que se aboga por elevar a «política de Estado» la lucha contra la siniestralidad vial.
1. «La seguridad vial debe constituir una Política de Estado, inclusiva de sus tres poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, formulada con la participación y el consenso de las fuerzas políticas de cada país».
2. «El Encuentro puso de manifiesto la voluntad de todos los actores participantes para avanzar en la construcción de un Espacio Común Iberoamericano y del Caribe de Seguridad Vial».
3. «Los países son responsables de promover sus capacidades en materia de seguridad vial, lo cual implica contar con:
·Un organismo estatal responsable
·Un sistema fiable y objetivo de recogida y tratamiento de datos
·Una estrategia y un plan de acción
·Recursos adecuados
·Intervenciones multisectoriales y focalizadas que se refieran a infraestructuras seguras y al uso de cascos y cinturones de seguridad, y prevengan la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas, así como el exceso de velocidad
·Reforzamiento de las capacidades nacionales y de la cooperación internacional
3. El período 2010-2020 debería ser declarado Década Mundial de la Seguridad Vial. Las actividades que en ella se desarrollen deberían conducir a una reducción sustancial de las tasas de mortalidad previstas. Se anima a los países a poner en marcha esas acciones para alcanzar las metas de reducción del 50% del incremento esperado en víctimas fatales por siniestros viales en 2020.
4. Las organizaciones multilaterales globales y regionales deberían reconocer que la seguridad vial constituye un aspecto crítico del desarrollo de la Región, por lo cual debe ser incorporada a sus agendas regionales con carácter prioritario.
5 . Es de relevancia el llamamiento formulado por la Comisión de la Seguridad Vial Global de invertir un mínimo del 10% de todos los costes de infraestructuras de transporte, en seguridad vial.
6. Los sistemas de autoridad eficaces constituyen un elemento fundamental de las políticas de seguridad vial. La percepción de las sanciones como lógicas y razonables, (…) así como el evitar la sensación de impunidad y de falta de transparencia del sistema, son factores de vital importancia para su aceptación por parte de los ciudadanos.
7. Las víctimas son una parte esencial de la seguridad vial. Apoyamos la iniciativa de promover la creación de una federación iberoamericana y del Caribe de las asociaciones de víctimas de los siniestros de tránsito y celebrar un encuentro a tal efecto en el curso de este año.
8. Considerando que los siniestros viales son una importante y urgente amenaza en los países de la región, animamos a los gobiernos, a las Organizaciones internacionales, a la sociedad civil y al sector privado a que apoyen y participen activamente en el desarrollo de formas de colaboración que faciliten el trabajo conjunto de la Asociación Iberoamericana de Seguridad Vial y la Comisión Transitoria de Seguridad Vial para América Latina y el Caribe.
9. Es necesario procurar que la actual crisis financiera y económica internacional no impacte negativamente en los recursos destinados a la seguridad vial.