Coches blindados, remuneraciones espectaculares, pasaportes diplomáticos para la familia, ventajas inmobiliarias: los diputados iraquíes de todas las tendencias, etnias y confesiones, se conceden a escondidas privilegios que escandalizan al país.
«Hace un mes y medio, los diputados votaron a puerta cerrada un texto con el que se otorgan durante diez años después del término de su mandato una remuneración igual al 80% de su salario de diputado, un pasaporte diplomático para ellos y su familia, al igual que los ministros, un terreno de 600m2 en el lugar de su elección», confió a la AFP el diputado Ibaha al-Araji, jefe de la comisión de Leyes.
Según este miembro del movimiento del caudillo radical chiita Moqtada Sadr, los diputados reciben 25.500 dólares (salario e indemnizaciones) mensuales por concepto de sus gastos administrativos y de seguridad.
El salario promedio de los iraquíes es de unos 500 dólares.
También tienen derecho a 30 guardaespaldas remunerados pero, según una fuente parlamentaria, en general sólo emplean a una parte y se trata de miembros de su familia,
«Soy contrario a esos privilegios, pues los diputados no necesitan un terreno o un pasaporte diplomático», indicó Araji a la AFP, asegurando que había votado contra esa ley.
Los diputados también consiguieron no reembolsar un préstamo de 70 millones de dinares (60.000 dólares) conseguido en 2006, en el peor momento de los enfrentamientos religiosos, para pagarse un coche blindado.
Estos privilegios fueron considerados tan exorbitantes que el Consejo presidencial destacó no haber ratificado jamás esta decisión.
Según la Constitución, esta instancia compuesta por el jefe del Estado y dos vicepresidentes debe aprobar las leyes adoptadas por el Parlamento para queden vigentes.
Sin embargo, si los diputados votan la ley en tercera lectura con una mayoría de tres quintos, lo que ocurrió en este caso, no necesitan el acuerdo del Consejo presidencial.
Los religiosos aprovecharon la prédica del viernes para salir a la arena. «Nos interrogamos sobre los miembros del Parlamento, que reciben salarios muy importantes y votan por unanimidad leyes que sirven sus intereses personales», exclamó el religioso chiita en la ciudad santa de Najaf (centro).
«Â¿Por qué no existe una unanimidad semejante para una ley electoral que se arrastra entre el Consejo de Seguridad Nacional y el Parlamento», se interrogó.
El voto de una ley, necesaria para celebrar elecciones legislativas previstas para el 16 de enero de 2010, ha sido rechazado en varias ocasiones, pues los diputados no consiguen ponerse de acuerdo sobre la cuestión de la ciudad petrolera de Kirkuk (norte).
El imán sadrista Souheil al-Iqabi fue aún más virulento en su sermón de Ciudad Sader, un barrio pobre de Bagdad: «El futuro de los iraquíes se encuentra en manos de responsables políticos que hacen cualquier cosa», dijo.
Internet se ha convertido en un medio donde las protestas se hacen sentir.
«Mañana tomarán sus valijas para huir de las aguas podridas de Irak, para ir a gozar de sus riquezas acumuladas a costa de los iraquíes», anotaba un mensaje en la red internet.
«Â¿Qué es este país donde todo el mundo roba, desde el ministro hasta el religioso, pasando por el jefe de la tribu, el profesor, el médico? ¿Qué es este país incapaz de producir gente honrada?, se interrogaba el mismo internauta.