«Para internar a alguien en este hospital, primero debe de haber venido a consulta externa por lo menos 12 veces». Le decía el encargado de recepción de un hospital estatal a una persona que sentía que se moría del dolor.
«Aquí tiene esta receta, vaya y compre la medicina en una farmacia, porque este medicamento no lo manejamos». Le decía un médico de turno a las 11 de la noche, en otro hospital estatal, a un anciano de 70 años, a quien habían dejado abandonado sus familiares, para ver si así, lo recibían; ya que el enfermo se quejaba del dolor que la próstata le producía con lágrimas en los ojos.
Los mismos problemas detectados antes de que este gobierno llegara al poder continúan. La falta de personal, de medicina, equipo y herramientas de trabajo, así como turnos de atención las 24 horas, son aun más prioritarios, que la construcción de más hospitales.