El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se disponía a reunirse hoy con el líder de la mayoría en el Senado, pero el nuevo espíritu de negociación entre demócratas y republicanos tras las elecciones ya está siendo puesto a prueba en torno de la guerra en Irak.
Bush se reunía con Harry Reid con la esperanza de sentar las bases para una coexistencia en sus dos últimos años en la Casa Blanca, aunque los demócratas ya han dejado en claro que quieren cambios en temas clave como la presencia de tropas norteamericanas en aquel país.
La Casa Blanca, en tanto, presiona a su vez con su propia agenda, lo cual incluye solicitar al Senado la continuidad en el cargo del controvertido embajador de Estados Unidos en la ONU, John Bolton.
Bush prometió trabajar con los victoriosos demócratas en una muestra de bipartidismo post-electoral, después de reunirse el jueves con Nancy Pelosi, la demócrata de 66 años que se convertirá en enero en la primera mujer que presida la Cámara de Representantes.
«Las elecciones quedaron atrás, y el partido de la congresista ganó, pero aún quedan desafíos», dijo Bush.
«Vamos a trabajar juntos para enfrentar esos desafíos de manera constructiva. No vamos a estar de acuerdo en todos los temas. Pero coincidimos en que amamos por igual a Estados Unidos, que nos preocupa el futuro de este país».
Pero en una señal de que el nuevo espíritu de cooperación no sería profundo, el representante demócrata John Murtha dijo que la renuncia del incondicional secretario de Defensa Donald Rumsfeld el miércoles no es suficiente para mejorar las diferencias entre los partidos sobre la guerra en Irak.
«Muy bien, despediste al secretario de Defensa. Pero ése no es un cambio de política», dijo Murtha a la cadena de televisión CNN.
«Lo que debemos hacer es dar una fecha límite a los iraquíes», dijo Murtha, añadiendo que estaba a favor de abrir una investigación sobre la manera en que la Casa Blanca emprendió y manejó la guerra en Irak.
Y el senador demócrata Byron Dorgan advirtió que los demócratas están obligados por los votantes a buscar reformas en relación con el empleo, el salario, la salud y las políticas de energía.
«Sin duda vamos a estar interesados en reunirnos con los que están del otro lado del corredor político, a trabajar con el presidente», dijo Dorgan al programa de televisión New Hour de la cadena PBS.
«Pero no creo que hayamos venido a este trabajo creyendo que debemos dejar la mitad sin hacer. Queremos que estas cosas se hagan (…) También necesitamos cumplir».
La atmósfera de pluralismo se empañó cuando la Casa Blanca reenvió la nominación del embajador John Bolton -considerado un halcón- al Senado mientras siga en control de los republicanos, antes de enero, lo cual desató indignación entre los demócratas.
El senador demócrata Chris Dodd acusó a la Casa Blanca de tratar de «hacer pasar esta nominación durante una sesión de final de mandato».
Tras las legislativas de esta semana el Partido Demócrata tiene por primera vez en doce años el control de ambas cámaras del Congreso.