En el escrito anterior informé respecto a las entidades organizadoras del evento, entre las cuales está la Secretaría de Paz de la Presidencia de la República y de lo acaecido en el primer día de trabajo -el 21 del mes pasado- en el que se trató el tema «Estado, Democracia y Políticas Sociales». Como advertí cierta identificación en el calificativo de izquierda en los cambios políticos, solicité se aprobara una resolución mediante la cual se exhortara a algunos países que declaran ser socialdemócratas y de izquierda, pero que aplican políticas neoliberales, a fin de que abandonen el neoliberalismo y su afiliación al ALCA y se incorporen al movimiento bolivariano, ALBA. Dicha propuesta no fue atendida, a pesar de mi insistencia en que se aprobara.
También inicié la información sobre lo acaecido el segundo día -22 de octubre-, ocasión en que se trató el tema: «El giro a las izquierdas en América Latina». Y comenté lo expuesto por el profesor Manolo Vela, de FLACSO-Guatemala y el profesor investigador, mexicano, Gilberto López y Rivas.
Enseguida doy a conocer, resumidamente, las opiniones del doctor Carlos Figueroa Ibarra, intelectual de izquierda, guatemalteco, actualmente catedrático en la Universidad de Puebla, México.
Disertó respecto a la reacción conservadora de las últimas décadas, citando los lamentables acontecimientos de la abolición del socialismo en la URSS. Consideró que la izquierda está en crisis, tanto el marxismo como la socialdemocracia. Rememoró la aparición de los economistas de Chicago, en 1989, para quienes había llegado el fin de la Historia, porque para siempre estarían el liberalismo y el capitalismo, pero el primero en su versión neoliberal. Y señaló que el neo-liberalismo redujo a la impotencia a la democracia representativa e implantó nueva hegemonía universal unipolar. Para esta teoría política-económica, el Estado no es la solución de los problemas. Rememoró el atroz conservadurismote la señora Thatcher y el ensalzamiento del Mercado Libre, del máximo enriquecimiento de la burguesía, se derramaría y desaparecería la pobreza.
Indicó que «el fin de la historia» sólo duró diez años, pues ahora con la crisis mundial, así como en su oportunidad el derrumbe comunista en la Unión Soviética, la derecha está perpleja ante la crisis no sólo económica-financiera, sino energética, de alimentación y ambiental.
Comentó que aun el Presidente de Francia ha afirmado que el neoliberalismo, así como el Consenso de Washington están muertos. Asimismo, la gigantesca corporación Soros también piensa así, y además ya no cree en las supuestas virtudes del mercado, y se pronuncia a favor de la directriz estatal.
No omitió referirse a corrientes de pensamiento que niegan gravedad de las crisis, pero él considera que las tasas de crecimiento de los países neoliberales son muy bajas, pero él no se atreve a afirmar que ya ha habido triunfalismo de la izquierda frente a la derecha neoliberal.
Sin embargo, reconoció el surgimiento de la izquierda en México, a través del zapatismo, así como en el Ecuador, Venezuela, Bolivia y Argentina.
En cuanto a la derecha, Figueroa Ibarra, aseguró que está a la defensiva y dispuesta a hacer todo lo que pueda para evitar el triunfo de las izquierdas. Y agregó que cuenta con armas formidables: 1.- La crisis económica esta afectando a los gobiernos de izquierda, 2.-La derecha tiene el apoyo de las grandes potencias capitalistas, así como de la red de empresas transnacionales colosales y de los ingentes medios de comunicación internacionales. 3.- Conservadurismo católico; y 4.- El racismo.
Y terminó afirmando que a la derecha esta «democracia» se le está convirtiendo en una camisa de fuerza, ya que lo Popular se está haciendo real y, entonces, la derecha, se ve obligada a romper las reglas del juego, y recurrir al manejo de elecciones fraudulentas.
Palabras del periodista argentino, José Natanson
Se refirió al «Giro a la izquierda en América Latina» y comentó que se da entre actuaciones populistas y del socialismo, al menos en la Argentina, en donde el movimiento es social popular. Se remontó al inicio de los años 40 del siglo XX y citó al peronismo, nacional popular, adversario de la reacción oligárquica y defensor de la autonomía nacional frente a las grandes potencias.
En el 2001 se produjo una crisis económica financiera que condujo a una crisis política.
El gobierno de Kirchner, «ortodoxia del movimiento nacional popular», destina la renta agraria al proceso de industrialización, para librar a la Argentina de la sujeción a poderes extranjeros. Terminó deseando que continué el giro a la izquierda. (Continuará)