El primer ministro Yoshihiko Noda venció fácilmente a otros tres rivales hoy en una elección interna del partido gobernante y seguirá siendo el líder de Japón pese al desencanto con su desempeño.
Noda, que lleva un año en el gobierno, se impuso a sus tres contrincantes al obtener 818 puntos de un total de mil 231, en un respaldo del Partido Democrático de Japón a pesar de que el nivel de aprobación popular del gobernante ha caído a menos de 30%.
El primer ministro ha dicho que prevé convocar «mucho antes» a elecciones nacionales, pero sin ofrecer fechas específicas. Recientemente ha insinuado que desea continuar en el cargo para concluir tareas pendientes como atender el impacto por el tsunami y la crisis nuclear del año pasado.
Según varias encuestas, el Partido Democrático de Japón sería ampliamente derrotado si ahora hubiera elecciones.
Los japoneses parecen decepcionados por la incapacidad del PDJ para cumplir la promesa de cambiar la aletargada política del país, y molestos por el apoyo de Noda a la decisión de duplicar a 10% el impuesto a las ventas. El gobernante afirma que ese aumento es necesario para solventar el elevado costo de la seguridad social mientras la población nacional envejece y la deuda del país aumenta.
Noda, el sexto primer ministro japonés en seis años, intentó mostrar su determinación para tomar decisiones complicadas en un discurso antes de la votación partidista, cuando prometió «sudar con todos ustedes para lograr juntos un Japón vigoroso».
«La verdadera reforma que Japón necesita es una política de decisiones cuando tenemos problemas que necesitan decisiones», dijo Noda a sus correligionarios en un hotel de Tokio.
El mandatario también prometió llevar a cabo la meta de hacer de Japón una sociedad desnuclearizada para la década de 2030. El ofrecimiento pareció un intento por mostrar el compromiso de su gobierno con una eliminación gradual de la energía nuclear pese a que su gabinete dio marcha atrás a la recomendación hecha por un grupo asesor para erradicar ese sistema en 2040.
La recomendación fue rechazada por grupos y empresas favorables a la energía nuclear.