Primer ministro favorito para mantenerse en el poder


Simpatizantes del Primer Ministro de Etiopí­a participan en un mitin. FOTO LA HORA: AFP

El primer ministro Meles Zenawi, en el poder desde hace 19 años, es el gran favorito para las legislativas de este domingo en Etiopí­a, donde la oposición y los defensores de derechos humanos denuncian un clima de intimidación predominante desde los anteriores comicios de 2005.


La oposición, que hace cinco años tuvo su mejor resultado, y los observadores de la Unión Europea denunciaron irregularidades en el recuento de las papeletas. En la represión de las manifestaciones murieron 193 opositores y siete policí­as, según un informe parlamentario.

Los principales opositores fueron condenados a elevadas penas de prisión, aunque luego fueron indultados. Sin embargo, la emblemática dirigente de la oposición Birtukan Mideksa fue encarcelada a fines de 2008 por rechazar su perdón, según el gobierno.

Ahora, en estas elecciones, las cuartas multipartitas de la historia del paí­s, Meles Zenawi se ha comprometido a organizar «unos comicios libres, justos y transparentes».

Sin embargo, según la organización Human Rights Watch, el partido al poder ha multiplicado la presión y las amenazas para poner coto a la oposición y amordazar la prensa, «consolidando su control en las administraciones (…) desde las elecciones locales de abril de 2008, que ganó con el 99,9% de los votos», aprovechando el boicot de la oposición.

Considerado favorito por todos los observadores, Meles Zenawi se jacta de su balance económico: un crecimiento del 10%, una inflación controlada y exportaciones al alza. El paí­s es también una importante plataforma regional de lucha antiterrorista.

«Tratándose de la estabilidad a largo plazo del paí­s y la región, la mejor elección sigue siendo Meles», dice a la AFP un diplomático occidental.

Según el experto francés en Etiopí­a René Lefort, la población rural – el 83% de los 80 millones de habitantes – «se desinteresa totalmente» de las elecciones, «segura de que la suerte está echada».

El partido al poder, el EPRDF (Ethiopian people»s revolutionnary democratic front) incluye formaciones de todas las regiones agrupadas en torno al TPLF, la ex rebelión dirigida por Meles que en 1991 derrocó al dictador Mengistu Haile Maryam.

Los dirigentes de esta ex rebelión siguen dominando el régimen, pese a que su región de origen, Tigray, sólo representa el 6% de la población, frente al más del 25% de la etnia mayoritaria, los Oromo, que se consideran insuficientemente representados.

Del lado de la oposición, el Foro por la Democracia y el Diálogo (Medrek), dotado de medios mucho menores, agrupa a ocho partidos muy variados.

Ambas partes se han cruzado acusaciones de asesinatos polí­ticos, durante una campaña electoral relativamente tranquila.

«La presidencia del Medrek cambia todos los meses; les falta el carisma de Birtukan», considera un politólogo de la universidad de Addis Abeba, que pidió el anonimato.

Según la Oficina electoral etí­ope (Nebe), 32 millones de electores están inscritos en las listas para designar por cinco años los 547 diputados de la Cámara de Representantes, y los Consejos de los nueve estados de la federación.

La Unión Europea y la Unión Africana han desplegado observadores.