El primer ministro chino, Wen Jiabao, aseguró hoy que Tíbet prospera bajo el régimen comunista chino, en respuesta al Dalai Lama, que esta semana afirmó que Pekín está convirtiendo su tierra en un «infierno».

Wen también dejó claro que China mantendrá su posición de firmeza ante el líder espiritual del budismo tibetano, afirmando que la eventual organización de próximos contactos dependerá de que el Dalai Lama abandone su reivindicación de independencia para Tíbet.
«Con respecto al Dalai Lama, nuestra posición es consistente y clara, basta con que renuncie a sus actividades separatistas y estaremos listos para proseguir el diálogo con sus representantes, nuestra puerta está abierta de par en par», dijo el Primer Ministro en conferencia de prensa al término de la sesión parlamentaria anual en Pekín.
Sin embargo, el Dalai Lama, de 73 años, que lleva 50 años exilado en India, afirma desde hace varios años que ha renunciado a la independencia y propone una «vía intermedia» que pasaría por una simple «autonomía cultural».
Después de los disturbios del año pasado en Lhasa, se reanudó el diálogo con los emisarios del Dalai Lama, pero sin dar resultados.
«La situación en conjunto en Tíbet es estable y tranquila, los tibetanos desean vivir y trabajar en paz», dijo Wen a la prensa, negando un fracaso de la política china en el Tíbet.
«Es justamente lo contrario, la estabilidad y los continuos progresos de Tíbet demuestran el acierto de nuestras políticas», afirmó después de destacar que Pekín ha hecho importantes inversiones en la región.
Además, afirmó, la Constitución y las leyes «protegen la libertad y los derechos de los tibetanos, en particular la libertad de culto».
Para evitar protestas el martes en el 50º aniversario de la reprimida rebelión de 1959 contra la presencia china, y en el primer aniversario de los disturbios de marzo de 2008 (21 muertos según Pekín y 203 según los exiliados), China desplegó importantes fuerzas de seguridad en la meseta tibetana.
El aniversario estuvo marcado por manifestaciones en todo el mundo. El Dalai Lama acusó a China de haber convertido al Tíbet en un «infierno en la tierra» y de haber matado a «cientos de miles de tibetanos».
Wen llamó al mismo tiempo a Francia a adoptar una posición clara sobre el Tíbet con el fin de restaurar las buenas relaciones bilaterales después del enfriamiento provocado por un encuentro entre el presidente francés Nicolas Sarkozy y el Dalai Lama en diciembre.
«Esperemos que Francia pueda adoptar una actitud clara sobre la cuestión del Tíbet con el fin de restaurar lo antes posible las relaciones entre China y Francia», dijo Wen.
«Tibet es parte inalienable de China, el problema tibetano pertenece a los asuntos internos de China», afirmó asimismo el números dos chino.
«El Dalai Lama recorre el mundo y llega a desorientar a ciertos políticos, ciertos países occidentales lo utilizan», afirmó el primer ministro chino.
«El Dalai Lama no es un simple religioso, es un exiliado político, lo demuestran los hechos», concluyó.