«Yo estoy deseoso de salir de aquí», dice Pablo Pacheco, el primero de los 11 ex presos políticos cubanos recién liberados que va a instalarse con su familia fuera de Madrid, mientras hoy continuaban las críticas al gobierno español por el trato al grupo llegado a España la semana pasada.
«Estoy ansioso por comenzar a escribir», aseguró Pacheco, periodista de 40 años que este lunes tomaba un tren rumbo a la ciudad de Málaga (sur).
Allí se alojará durante varios meses en un centro de acogida de la Cruz Roja con su esposa y su hijo de 12 años, y otras dos familias tomarán el mismo camino el martes.
A Pacheco, encarcelado desde 2003 y condenado a 20 años de prisión, le han dicho que el hostal de las afueras de Madrid en el que están los 11 ex presos cubanos recién llegados a España debe vaciarse cuanto antes para dejar sitio a los nueve que arribarán el martes con 50 parientes.
í‰l además ha pedido «soluciones al gobierno español para comenzar a trabajar cuanto antes», la convalidación del título de médico de su mujer, Oleivys, y la escolarización de su hijo Jimmy, tal y como las autoridades han prometido.
«Estoy loco por independizarme» y «tengo muchos proyectos», dice, enumerando planes para escribir en varios blogs y revistas cubanos, mientras dice estar satisfecho con el estatus de protección internacional asistida que propone el gobierno español.
Se dice «encantado» con su llegada a España, al contrario de varios de sus 10 compatriotas, que desde hace días critican tanto las que estiman deficientes condiciones del hostal en el que se encuentran como al gobierno español.
Denuncian que les ha ofrecido la protección internacional asistida y no el estatuto de refugiados y que no les busca alojamiento en Madrid.
«Nos sentimos abandonados», lamentó Julio César Gálvez, que considera que él y sus compatriotas están «desterrados en España», por no haber sido obligados por el régimen cubano a abandonar el país, y además soportan la «presión» del gobierno español, que no les ofrece asesoramiento legal.
Asimismo lamentó que en el hostal en el que se encuentran, un establecimiento nuevo y modesto que tiene un acuerdo con la Cruz Roja para la acogida de refugiados, los baños son «colectivos», además de la falta de asistencia a algunos de ellos con «problemas de salud serios».
El gobierno español, que medió junto con la Iglesia católica cubana para la excarcelación de 52 presos políticos detenidos en la «primavera negra» de 2003, no les ofrece el estatuto de refugiado porque alega que con él no podrían regresar a Cuba ni realizar actividades políticas en contra del país.
Por su lado, la Cruz Roja y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), a las que el gobierno financiará durante un año para que asistan a los ex presos políticos, no tienen en estos momentos plazas disponibles para acogerles en la capital española, donde varios de ellos querrían vivir, indicaron ambas a la AFP.
Cruz Roja Española también confirmó que está atendiendo a los recién llegados en el mismo hostal, donde algunos reciben ayuda psicológica, indicó Almudena Echevarría, del departamento de refugiados.
El sábado, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, que se encontraba en Cuba cuando se anunciaron las excarcelaciones, recordó que los recién llegados «son libres de (…) buscar otro país donde se les acoja mejor».
Además les pidió «comprensión» y destacó la «generosidad» del ejecutivo español.
Mientras se espera la llegada de otros nueve ex presos políticos el martes con sus familias, lo que sumará un total de 135 ciudadanos cubanos llegados a España, la misión diplomática de Estados Unidos en Cuba convocó a los familiares de presos políticos que no quieren viajar a España y a representantes de la Iglesia católica y de la embajada española.
Diplomáticos de Estados Unidos se reunirán mañan con familiares de presos políticos cubanos que descartaron emigrar a España, del total de 52 opositores que el Gobierno excarcela gradualmente y 11 de los cuales ya están en Madrid.