Estados Unidos y Corea del Norte reanudaron hoy las conversaciones postergadas por la muerte del líder norcoreano Kim Jong Il hace dos meses, y el delegado estadounidense indicó que trató con su contraparte temas como la entrega de ayuda alimentaria.
Las discusiones — las primeras desde la muerte de Kim — continuarán el viernes y podrían indicar si el nuevo gobierno de Corea del Norte está dispuesto a cumplir las exigencias de Washington y los vecinos de Pyongyang de reanudar las negociaciones internacionales de desarme, con el aporte de alimentos y concesiones diplomáticas a los norcoreanos a cambio de que el país comunista renuncie a su programa bélico nuclear.
La muerte de Kim el 17 de diciembre puso en duda un acuerdo entre Estados Unidos y Corea del Norte en el que Pyongyang habría suspendido su enriquecimiento de uranio a cambio de alimentos que le habría proporcionado Washington. Los encuentros de Beijing podrían exponer parcialmente los objetivos de Corea del Norte bajo el nuevo líder Kim Jong Un, que prometió continuar la política de su padre.
«Las conversaciones de hoy fueron sustanciales y serias, y tratamos un importante número de temas», dijo el enviado estadounidense Glyn Davies a los reporteros tras reunirse con su contraparte Kim Kye Gwan durante casi seis horas en dos sesiones, primero en la embajada de Corea del Norte y luego en la de Estados Unidos.
Davies no dio detalles, indicando solamente que fue analizada la ayuda de alimentos.
Kim consideró «positivo» que ambos bandos dialoguen «con seriedad», según la agencia noticiosa surcoreana Yonhap. Kim no respondió a la pregunta de si se lograron avances.
Las negociaciones de Beijing, la tercera ronda desde julio, tienen como fin reanudar las conversaciones hexapartitas sobre desarme nuclear, en las que también participan China, Japón, Rusia y Corea del Sur. Pyongyang se retiró de las negociaciones en el 2009 y luego detonó su segunda carga nuclear.
Podrían requerirse otros pasos antes de la reanudación de las negociaciones hexapartitas. Los norcoreanos seguramente exigirán primero una nueva remesa de alimentos, mientras que Estados Unidos y sus aliados quieren que Pyongyang cumpla sus compromisos nucleares anteriores.