Previsión ante paso de fuego olí­mpico


La antorcha olí­mpica pasará el viernes por Buenos Aires, única escala latinoamericana en su camino hacia el pebetero de los Juegos de Pekí­n-2008, bajo fuertes medidas de seguridad, aunque activistas anunciaron sólo una marcha pací­fica en favor de la independencia de Tí­bet.


La escala de Buenos Aires incluye 13 kilómetros de recorrido de la llama olí­mpica y será la única en Latinoamérica, con una custodia de 2.700 miembros de la Policí­a Federal y la Prefectura (guardacostas), luego de los accidentados pasos por Parí­s, Londres y San Francisco.

En las tres ciudades se produjeron manifestaciones de rechazo a la represión a opositores del Tí­bet, territorio de Asia que China reivindica como propio.

La militante humanitaria Ileana Alescio dijo que se organiza una marcha pací­fica «para pedir el cese de las violaciones a los derechos humanos en China».

«Pero no estamos contra el espí­ritu de los Juegos», dijo Alescio, quien reveló que participarán del encuentro opositor tibetanos, refugiados chinos y practicantes del culto Falungong, prohibido en China.

La llama olí­mpica llegará el jueves y al dí­a siguiente hará un recorrido terrestre y acuático por la capital argentina, pasando por las manos de reconocidos deportistas, como el velista olí­mpico Carlos Mauricio Espí­nola y la capitana del seleccionado de hockey sobre césped «Las Leonas», Magdalena Aicega.

Tras una serie de relevos, la ceremonia final se realizará en el Club Hí­pico, donde la antorcha será empuñada por la ex tenista Gabriela Sabatini.

Los organizadores invitaron al í­dolo deportivo Diego Maradona a participar de los relevos, pero aún no se confirmó su presencia en la ceremonia.

Las autoridades desplazarán a los policí­as para vigilar el paso de la antorcha y prevenir eventuales actos de violencia por parte de grupos que acusan al gobierno de China de violar los derechos humanos.

Pero los activistas pro-Tí­bet desestiman que puedan ocurrir aquí­ protestas como las de Londres y Parí­s, donde debió suspenderse el relevo de la llama a pocos kilómetros del final del recorrido.

«Nuestro objetivo es mostrar la contradicción de que puedan coexistir los Juegos Olí­mpicos con los crí­menes contra los derechos humanos en China, aunque la idea no es apagar o robarse la antorcha ni boicotear los Juegos», dijo Axel Borgia, vocero del movimiento del Relevo Mundial de la Antorcha de los Derechos Humanos en el paí­s.

El gobierno de Argentina mantiene una importante relación comercial con China, principal destino de sus exportaciones de soja.

La cosecha actual de la oleaginosa, cultivo que ocupa la mitad del área sembrada en el paí­s sudamericano, está calculada en unos 24 mil millones de dólares, lo que equivale a poco menos de la mitad del total de las exportaciones.

El gobierno argentino tiene como uno de sus principales pilares la polí­tica de defensa de los derechos humanos, y dio impulso a los juicios contra centenas de ex militares y policí­as por crí­menes cometidos en la dictadura (1976-83), que se reabrieron tras la anulación de las leyes de amnistí­a.

Tras arrancar el 24 de marzo en la ciudad griega de Olimpia, la antorcha recorre 135 ciudades de los cinco continentes y el 8 de agosto llegará a Pekí­n.