La tendencia alcista en los precios de los combustibles, aunada a la recesión de la economía de Estados Unidos traerá tiempos difíciles para Guatemala y Centroamérica.
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Las expectativas que el Gobierno central mantiene a futuro en el proyecto que busca estabilizar los precios de la canasta básica no son alentadoras. Hoy el presidente de la República, ílvaro Colom, afirmó que vienen tiempos muy difíciles para las economías de la región.
La apreciación del mandatario no es para menos, ya que la inflación interanual, la cual según el Instituto Nacional de Estadística (INE) rozó el mes pasado los dos dígitos, situándose en la más alta de los últimos quince años, cede cada vez más ante los embates de los precios internacionales del petróleo.
La administración de Gobierno lleva tres semanas ocupándose del diseño de un plan que contrarreste el incremento de precios de la canasta básica, no obstante, de seguir la cotización del petróleo al ritmo que ha venido evidenciado en los últimos meses, los esfuerzos que se hagan difícilmente alcanzarán para subsidiar la crisis.
Colom sostuvo que «lamentablemente no es el gobierno del país el que puede resolver el problema. Si el precio del combustible sigue subiendo va a golpear muy duro» no sólo a las gasolinas sino también al fertilizante, transporte y demás productos que tengan alta dependencia de los carburantes, puntualizó.
Contra todo buscan estabilizar precios
A pesar del panorama, el Gobierno sigue en las mediaciones que intentan alcanzar consenso en los precios de los productos que son base de la dieta de la población; ante este punto, el Presidente dijo que se ha avanzado en los acuerdos con algunos empresarios.
El Organismo Ejecutivo espera que para este fin de semana se cuente ya con un «buen paquete de productos» que establecerán precios, aunque no se puede decir durante cuánto tiempo, ya que de seguir la escalada inflacionaria los acuerdos tendrían que ceder.
El Presidente descartó aplicar un aumento salarial, ya que realizarlo lo único que lograría es aumentar aún más los precios de los productos. La única forma de amortiguar los golpes externos es producir más, especialmente en el área rural, argumentó.
La posibilidad de eliminar aranceles es viable siempre que esa liberación se refleje en lo que paga el consumidor final, lo que no queremos es liberar para que el beneficio se quede en el camino, concluyó Colom.