Organizaciones campesinas, indígenas y departamentales revelaron que se sienten desamparadas en sus comunidades y aldeas, porque hasta el momento no han recibido ayuda de ninguna entidad, y prevén que se incremente la pobreza y la crisis alimentaria, luego de la tormenta Agatha.
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Varias son las poblaciones indígenas y campesinas que aún continúan sin atención, viviendo hasta el momento de forma precaria, ya que no cuentan con suficientes alimentos, ropa y productos de higiene, lo que estaría perjudicando la salud de los pobladores.
Virgilio Pérez, líder campesino, dijo que se encuentran preocupados por la falta de atención hacia varias aldeas donde hasta el momento no ha llegado la ayuda, «la situación es difícil en las comunidades desatendidas, porque las personas están atendiendo a sus propios pobladores; pero la asistencia no ha llegado», afirma.
El representante de Plataforma Agraria, Salvador Ramírez, comentó que se encuentran preocupados porque los alimentos en las áreas afectadas se están escaseando. «Los alimentos se están acabando o no son suficientes; si esto se incrementa podríamos ser más pobres de lo que actualmente somos y es una situación muy precaria la que están viviendo las poblaciones».
«Las respuestas de las entidades de socorro y del Estado han sido deficientes, porque no se está preparado para un desastre natural como la tormenta Agatha, ya que nos estábamos recuperando aún de las tormentas tropicales de años anteriores y ahora con esta tormenta y la erupción del volcán de Pacaya nos hemos dado cuenta que ninguno de nosotros estamos preparados para estas crisis».
Ramírez aseguró que se pueden recuperar de las grandes pérdidas de maíz, frijol, banano y café, pero también la privación de las vidas humanas representa pérdida porque muchas familias se quedan sin sus seres queridos; la reconstrucción de todas las comunidades se puede hacer, pero llevará tiempo.
Magdalena Sarat, representante de Waquib K´ej, comentó que es desalentador ver cómo las poblaciones indígenas sufren más las consecuencias de un Estado deficiente.
«La falta de atención para las comunidades de, por ejemplo, Chimaltenango, Quiché y de Alta Verapaz, incrementaron más su sufrimiento con la tormenta que recién ha pasado. No hay una prioridad para todas las familias, comunidades y aldeas. La atención por parte de las autoridades con la apertura de albergues no basta, ya que los damnificados no cuentan con suficientes alimentos y servicios básicos».